Fondo Europeo Next Generation EU: una oportunidad para la rehabilitación energética de las viviendas


Gran parte del parque de viviendas español tendría que someterse a una rehabilitación para reducir su consumo energético, según los expertos. En España, de acuerdo con los últimos datos del Censo de Población y Viviendas del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de la mitad de los inmuebles se construyó antes de 1980, cuando no existía una normativa sobre eficiencia energética para las nuevas edificaciones. Conforme han pasado los años, afirma Marcial González, del departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), la mejora de la eficiencia energética y la preocupación por el cuidado del medioambiente en el sector de la construcción han ido tomando protagonismo.

El 84,5% de los edificios del país, sin embargo, tiene etiquetas E, F o G, las más bajas en la calificación que valora la eficiencia en función de su gasto energético. Esta tabla va desde la A, que se corresponde con la máxima eficiencia, a la E, que es la mínima. Actualmente, solo el 0,3% de los inmuebles de España cuenta con la etiqueta A. Este dato es relevante porque el consumo energético que requiere el parque de viviendas para calentar y enfriar, entre otras prestaciones, es responsable de aproximadamente el 30% de los gases contaminantes que se emiten a la atmósfera, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

Por este motivo, el Fondo Europeo Next Generation EU destina una partida de ayudas para que los propietarios rehabiliten sus viviendas en pos de un consumo más sostenible, así como para que las comunidades de propietarios hagan lo propio con los edificios. Estas son las actuaciones esenciales que impulsan una reducción del gasto energético y potencian el bienestar en el hogar.

Cómo mejorar la eficiencia energética de los edificios

El despacho de arquitectos Kömmerling asegura que con la llegada del Fondo Europeo Next Generation EU se podrá rehabilitar edificios a gran escala y con mayor rapidez, ya que hasta ahora el alto coste que suponen las reformas ralentizaba el proceso. Salvador Díez, presidente del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas de España (CGCAFE), que participará en el webinar Fondos NGEU y eficiencia energética: una oportunidad para la rehabilitación de viviendas, organizado a través de HUB Empresa de Banco Sabadell, remarca que la rehabilitación de un inmueble se sigue percibiendo, en muchas ocasiones, como una carga. “Romper esta inercia es muy complicado, pero tenemos que ser capaces de explicar a los usuarios los beneficios que se obtienen con esta inversión, como la mejora de su calidad de vida y el valor patrimonial de sus inmuebles”, detalla este experto.

El portal inmobiliario Housfy explica que hay que tener en cuenta que es muy complicado conseguir una construcción 100% eficiente en un edificio antiguo. No obstante, recomienda que las comunidades de propietarios contemplen actuaciones para mejorar el aislamiento térmico de las paredes y el sistema de calefacción, en el caso de que sea comunitario.

Aislar las fachadas. Alfredo Sanz, presidente del Consejo General de la Arquitectura Técnica (CGATE), destaca que un buen aislante ayuda a mantener una temperatura estable, entre 20 y 22 grados, y permite ahorrar entre un 20% y un 50% de energía en el interior. Es más, con cada grado de calefacción que se baje se genera aproximadamente un ahorro del 9%

Actualmente, las soluciones más utilizadas para el aislamiento son el relleno de los espacios entre los muros interiores y las fachadas con poliestireno o lana mineral. Estas medidas protegen la vivienda de la temperatura y el ruido exterior. Óscar del Río, presidente de la Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes (Afelma) explica que se puede ahorrar hasta un 30% de energía. El aislante hecho de lana mineral se vende por rollos de 14 metros x 1,20 metros y cuesta en promedio 60 euros la unidad.

Cómo calentar el edificio. Actualmente los sistemas de calefacción convencionales de combustibles, como el gas y el gasóleo, son todavía los más habituales en los inmuebles españoles y suponen un elevado coste y una baja eficiencia energética, además de producir mayores emisiones. Pero existen alternativas mucho más sostenibles que potencian la eficiencia energética:

  • Caldera de condensación. Los expertos recomiendan sustituir la caldera comunitaria por un sistema de gas natural con tecnología de condensación. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) este tipo de caldera es la opción más eficiente ya que permite reducir la temperatura de los gases de combustión emitidos y consigue un mejor rendimiento.
  • Aerotermia y geotermia. Maria Concetta Cocchiara, del departamento técnico de la Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reforma (ANERR), recomienda apostar por sistemas aún más eficientes que reducen la factura en torno a un 70% y la emisión de gases contaminantes cerca de un 30%, como la aerotermia o la geotermia. Aunque, advierte de que requieren de mayores inversiones. La aerotermia ofrece calefacción, agua caliente y refrigeración a través de un procedimiento similar al recuperador de calor. Y la geotermia permite calentar las viviendas utilizando la temperatura más alta del subsuelo mediante un circuito de tuberías. Este segundo sistema, además, puede compartirse entre varios edificios de una misma zona. Una de las principales barreras es, sin embargo, la disponibilidad de espacio bajo la superficie.

Cómo mejorar la eficiencia energética de las viviendas

Para disminuir el gasto de energía de la vivienda, el propietario debe enfocarse en tres elementos: cómo calentar la vivienda y el agua, cómo aislarla del exterior y cómo reducir el consumo eléctrico. La calefacción y el agua caliente representan más de la mitad del gasto energético doméstico.

Cómo calentar la vivienda. Las calderas han sido la solución tradicional para caldear los hogares, pero actualmente existen sistemas alternativos que reducen el consumo, como las bombas de calor.

– Caldera. Al elegir una caldera hay que tener en cuenta el rendimiento energético y las emisiones contaminantes. Según la OCU hay tres tipos de calderas eficientes:

  • Calderas estancas. Estas calderas, que funcionan con gas, son las más seguras y eficientes y su precio oscila entre 1.000 y 1.400 euros.
  • Calderas de bajas emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx). Son similares a las estancas, pero gastan menos combustible y expulsan humos que no son tan contaminantes. Su precio está entre 950 y 1.200 euros.
  • Calderas de condensación. Estas calderas permiten ahorrar hasta un 18% de combustible. Necesitan un desagüe cercano para verter el agua condensada, por lo que su instalación es más compleja. Su precio es de aproximadamente 1.250 euros.

– Bomba de calor. Cocchiara destaca este dispositivo como una alternativa a la calefacción convencional. La OCU asegura que las bombas de calor permiten rebajar los costes energéticos mucho más que las otras soluciones convencionales. Su precio varía según su capacidad y va desde 500 a 2.000 euros.

– Suelo radiante. Es un sistema de calefacción por baja temperatura que consiste en hacer pasar agua caliente por tuberías colocadas en el suelo que calientan una masa de mortero y transmiten el calor por contacto directo al suelo. Su instalación en una vivienda de unos 100 metros cuadrados puede costar entre 6.000 y 7.000 euros.

Este sistema se puede conectar a una caldera y también es compatible con otros sistemas como las bombas de calor. Desde la OCU recomiendan que si ya se cuenta con una caldera convencional, que se instale la bomba de calor en paralelo, lo que mejorará la eficiencia del sistema.

Cómo aislar la vivienda. Las ventanas son uno de los elementos por donde se pierde más energía. En invierno se producen fugas de calor y en verano entra el aire caliente del exterior. Se diferencian por su nivel de eficiencia, indicado de manera diferente según sean para invierno o verano. Su efectividad para el invierno se representa con letras y colores: de las más eficientes energéticamente, con la categoría A y en color verde; a las de menor eficiencia, con la categoría G y en color rojo.

Su eficiencia en verano puede ser de tres niveles que se califican con estrellas: tres para las ventanas con acristalamiento con control solar, dos para el acristalamiento con baja emisividad —reflejan la luz solar para reducir su penetración en la vivienda— y una para el doble acristalamiento —compuesto por dos o más hojas de cristal separadas por una cámara de aire o de gas—. De esta forma, una ventana muy eficiente corresponde a la categoría A, color verde y tres estrellas y su coste está entre 100 y 400 euros.

Cómo iluminar de manera más eficiente. Las bombillas led siguen siendo la solución más eficiente. González explica que necesitan entre un 80% o un 90% menos de energía que las tradicionales. Las bombillas incandescentes requieren una potencia de 60 vatios para iluminar una sala. Con las luces led, en cambio, bastan siete vatios aproximadamente.

Víctor Ruiz Ezpeleta, profesor de OBS Business School, destaca que las bombillas led son muy duraderas y pueden complementarse con sensores de luz natural que las apagan cuando no se utilizan. También existen aplicaciones para regular la intensidad desde el teléfono móvil.


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