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Formarse en habilidades digitales, clave para sortear la crisis económica del coronavirus


Cada vez que la sociedad se ve golpeada por una nueva crisis económica, las personas con discapacidad y los mayores de 55 años son habitualmente los primeros en caer y los últimos en levantarse. Son víctimas dobles de la exclusión. Una condición que sin embargo no se cumple en la crisis global provocada por el coronavirus, que ha afectado de forma generalizada a todo tipo de empresas y trabajadores. Para hablar de ella y de las competencias necesarias para superarla con éxito, hablamos con Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Pregunta. ¿La crisis que viene será distinta a las anteriores?
Respuesta. Ni la crisis de 2001 ni la recesión económica del 2008 fueron tan virulentas como esta, en el sentido de que de la noche a la mañana ha afectado a todos por igual, no solo a las personas con riesgo de exclusión, con discapacidad a mayores de 45 o 55 años, de los que hablamos siempre. Y, sobre todo, ha impactado en algunos sectores como el comercio, el transporte, los hoteles y la restauración: al prohibirse cualquier tipo de aglomeración de personas o desplazamientos, muchos puestos de trabajo se han visto afectados no solo a corto plazo, sino incluso más allá del verano.
A partir del 11 de mayo pasaremos a una fase de confinamiento relativo, porque habrá sectores de actividad que no van a recuperarse hasta finales de año o más, como los de turismo y restauración. Allí donde no se puedan cumplir los requisitos de distancia o aforo mínimo, seguirán cerrados. Y si hay un nuevo brote y se colapsa en una determinada región, probablemente haya un confinamiento total en provincias o localidades determinadas.

P. ¿Qué tipo de competencias serán especialmente relevantes en la nueva economía?
R. El hecho de que esta crisis esté golpeando a todos por igual está demostrando que los mayores de 55 años están respondiendo bastante bien a las demandas que tienen los sectores esenciales; sectores que siguen funcionando con normalidad y que tienen mucho absentismo por miedo al contagio. Sin embargo, las personas que siempre han sido denominadas en riesgo de exclusión son las que de alguna forma están dando la cara, porque las competencias que reúnen son las que van a diferenciar a un candidato de otro una vez que salgamos de la crisis. Por eso hemos lanzado la guía 20 competencias contra la exclusión en el nuevo mercado laboral. Son las llamadas habilidades blandas, competencias transversales que serán indispensables para encontrar empleo.
La tecnologización ha hecho que hoy tengamos ya todo el conocimiento en Internet. Por eso, lo que se necesita es todo aquello que un ordenador no tiene, parámetros humanos imposibles de reproducir en máquinas como la curiosidad, la creatividad, la iniciativa, el espíritu colaborativo, la resiliencia o la tolerancia al estrés. Aquellas personas con capacidad de resiliencia están aguantando mejor la adversidad con que está golpeando esta crisis, y el que tiene más curiosidad, es más ágil a la hora de aprender nuevos procedimientos que surgen como consecuencia del cambio de modelo provocado por el coronavirus (por ejemplo, con el teletrabajo).
P. Digamos que son herramientas para capear el temporal…
R. Y para enfrentarse a la nueva economía que se nos viene encima. Más que habilidades concretas para un sector determinado, lo que el mercado laboral va a exigir son competencias transversales y universales que todos deberán dominar para desenvolverse con solvencia. Debemos evaluarlas una por una para ver si realmente contamos con ellas. Eso, más los conocimientos que cada uno tenga, por sus estudios y experiencia, va a sumar mucho más.
P. ¿En qué se va a diferenciar esa nueva economía de la que teníamos hasta ahora?
R. Vamos a pasar por un proceso de recuperación muy lento. Se estima que hasta 2022 probablemente no volvamos crecimientos del PIB como los que hemos tenido antes del coronavirus. ¿Qué quiere decir esto? Que va a haber un mercado con pocas ofertas empleo en el 2020 y 2021 para el número de desempleados que va a haber en el mercado de trabajo. Hay que dominar estas competencias blandas para no estar en desventaja en los puestos de trabajo que se generen en esta nueva economía. Según ha dicho el Foro Económico Mundial, la robotización va a destruir 75 millones de empleos, pero nadie habla de los nuevos trabajos que se van a generar con este proceso, que se estiman en 133 millones. Es decir, se van a crear 58 millones de empleos netos.
La crisis del coronavirus va a generar un cambio en el modo de vida, en la manera de hacer negocios y en cómo las empresas van a responder a las demandas de sus grupos de interés, de sus clientes y empleados. Los sectores emergentes apuntan a ámbitos como la salud (en un contexto de envejecimiento sin precedentes), la transición ecológica y energética, la ciberseguridad y el big data.
P. Una de las habilidades que la Fundación Adecco destaca es la capacidad de adaptarse a las nuevas circunstancias.
R. Hay que estar dispuesto a salir de nuestra zona de confort. Muchas personas están habituadas a desarrollar el mismo trabajo durante 10 o 15 años, pero las formas de trabajo en las empresas van a cambiar. Para poder adaptarse a ellas debemos disponer de learnability, una capacidad de estar constantemente aprendiendo. Lo primero es asimilar que el cambio es la norma, y no la excepción. Cuando afrontemos una situación nueva, tenemos que relativizar y pensar que la vida es básicamente eso, una sucesión de cambios. Al final, no es una obligación solo del empresario, sino también del trabajador, que ha de concienciarse de que tiene que tener esa capacidad de aprendizaje a lo largo de su carrera profesional.
P. Dentro de ese listado de 20 habilidades blandas, ¿es posible destacar las más relevantes?
R. Hay algunas muy manidas, de las que hablamos constantemente, como la resiliencia o la tolerancia al estrés. Pero hay otras que pueden parecer más peregrinas y que, para mí, son importantísimas. Una de ellas es la curiosidad: las empresas demandan personas curiosas, porque son más ágiles a la hora de aprender nuevos procesos o procedimientos; y porque suelen hacerse más preguntas, lo que favorece la comprensión y la fluidez en las relaciones con sus compañeros.
La mejor forma de trabajar la curiosidad es cuidar de la salud emocional. Hay que potenciar también las aficiones, las relaciones sociales en el trabajo… El compromiso de una persona con su puesto no solo viene motivado por el trabajo en sí, sino también por el mundo interior de cada uno, y que predispone de forma natural a la curiosidad.
P. Otro aspecto importantísimo es el espíritu colaborativo.
R. Una personalidad abierta y colaboradora atrae y fideliza mucho más a los clientes, fortalece la red de contactos y ayuda a conseguir objetivos. Y la forma más exitosa para ejercitar ese espíritu colaborador es la del voluntariado corporativo. Nosotros, desde la Fundación Adecco, estamos desarrollando ahora mismo, en pleno Covid-19, un voluntariado online con más de 20 empresas donde los empleados de esas compañías (previa formación a través de nuestra consultora) prestan atención a personas con discapacidad que nunca han vivido una situación como esta.
Este voluntariado, al final, te ayuda a conocer realidades diferentes, y sobre todo a ponernos en lugar del otro. Hoy por hoy, confinados, estamos viviendo lo que día a día viven muchas personas que tratamos en la fundación, con poca movilidad. Estamos viviendo una cura de humildad, porque ninguno pensábamos que esta pandemia nos iba a tocar vivirla en un país como el nuestro.
P. Discapacitados, mayores de 55 y parados de larga duración eran algunos de los colectivos en riesgo de exclusión ya antes de la pandemia. ¿Cómo será su situación después de ella?
R. La vulnerabilidad de estos grupos seguirá existiendo. Mientras siga habiendo prejuicios, desconocimiento y estereotipos en los procesos de selección y en la sociedad misma, se creerá que una persona con discapacidad o un mayor de 55 años no están preparados para desarrollar las tareas incluidas en un puesto de trabajo.
Desde la fundación, llevamos mucho tiempo trabajando estrategias de diversidad e inclusión con las compañías. No se trata tanto de convencer a la dirección de Recursos Humanos, sino al conjunto de la compañía, para provocar un cambio cultural y que desaparezcan los prejuicios y barreras mentales que tenemos todos, de pensar que esa persona mayor que se integra en una empresa en donde la edad media es de 33 años, o esa persona con discapacidad que se sienta en la mesa de al lado, están hay porque hay una bonificación de la Seguridad Social o una subvención, en vez de porque hacen bien su trabajo.
P. ¿Se puede aprovechar este confinamiento para mejorar las habilidades blandas?
R. Este periodo te da la posibilidad, a la vista de los que ha pasado, de pensar, de reflexionar sobre cómo prepararse para cuando la economía empiece a generar empleo. Es necesario identificar nuestros puntos débiles, y para ello elaboramos la guía, para poder analizar esas habilidades una por una (dedicando a cada punto un día, dos o tres, lo que nos haga falta para reforzarlos), y preguntarnos si, por ejemplo, somos curiosos o creativos, y si no lo somos, el porqué. Alguien puede tener competencias digitales, pero no la tolerancia al estrés, fundamental en áreas como la de servicios, y que se puede entrenar trabajando la concentración, la relajación y el mindfulness.
También podemos aprovechar para formarnos realizando programas formativos online como los que la Fundación Adecco ha puesto a disposición de todos, de manera gratuita hasta el próximo 22 de mayo para todos aquellos que se encuentren en situación de desempleo, u otros cursos para trabajar habilidades técnicas y transversales o competencias blandas como la comunicación eficaz o la orientación a resultados.
En este sentido, la Fundación Adecco también ha desarrollado la iniciativa #PrepárateParaElEmpleo, una guía con rutinas diarias que poner en marcha desde casa, a lo largo de 15 días y en cinco fases: prepararse para mantener una actitud positiva, definir tu propósito y tus objetivos, fortalecer tu marca personal, digitalizar tu búsqueda de empleo y paliar a través de la formación online las carencias que identifiques.
P. Usted opina que el mercado laboral priorizará el componente humano frente al tecnológico. Resulta un poco extraño en esta época, ¿no?
R. Las empresas evolucionarán hacia mercados centrados en servicios humanos que, en este entorno eminentemente tecnologizado, adquirirán un gran valor… Yo creo que las empresas ahora son también más humanas que nunca. Todos estamos expuestos a la exclusión, y el único camino para hacer frente a esta cuesta es el desarrollo de habilidades humanas y transversales, algo importantísimo en las organizaciones para entender cuáles con las necesidades del otro. Y en ese sentido, vamos a tener que apoyar mucho más a los desfavorecidos.

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