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Fox paga 787 millones de dólares a Dominion para evitar su juicio por difamación

EL PAÍS

El de Dominion contra Fox ha sido el juicio de nunca empezar. “El caso está resuelto“ ha dicho el juez tras horas de incertidumbre y negociaciones que ponían el colofón a un caso que ha durado dos años. Finalmente, según los abogados de Dominion, Fox le paga 787,5 millones de dólares (más de 700 millones de euros) por sus mentiras en torno a las elecciones presidenciales de 2020. “La verdad importa. Las mentiras tienen consecuencias“, ha dicho Justin Nelson, abogado de Dominion, a las puertas de los juzgados tras cerrarse el caso.

Dominion Voting Systems demandó por 1.600 millones de dólares (más de 1.400 millones de euros) a la cadena de televisión del magnate Rupert Murdoch por las mentiras que difundió acerca de las elecciones presidenciales de 2020. Presentadores e invitados de la cadena airearon que dicha empresa participó en una conspiración para robarle las elecciones a Donald Trump y otorgarle la victoria a Joe Biden.

“Hace más de dos años, un torrente de mentiras arrastró a los empleados electorales de Dominion de todo Estados Unidos a un universo alternativo de teorías conspirativas que causaron graves daños a Dominion y al país”, ha añadido Nelson, mientras los abogados de Fox esquivaban a los periodistas.

Las mentiras que aireó no son unas mentiras cualquiera. Sería muy difícil explicar sin ellas el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, la popularidad de Trump entre las bases republicanas y la polarización política y el deterioro democrático de Estados Unidos.

Era un bulo, eso había quedado “claro como el agua”, como ya había dicho en las diligencias preliminares el juez del Tribunal Superior de Delaware que lleva el caso, Eric Davis. La cuestión era si al difundir esas mentiras, Fox actuó con lo que se conoce como “actual malice”, es decir, si propagó las falsedades a sabiendas de que lo eran o, al menos, con desprecio irresponsable sobre si lo eran.

Para proteger la libertad de expresión, ese es el elevado estándar que la doctrina fijada por el Tribunal Supremo de Estados Unidos exige para castigar por difamación. Es difícil demostrar que un medio de comunicación ha estado mintiendo de forma dolosa o, cuando menos, culposa, pero el espectáculo de comunicaciones y mensajes internos entre directivos y presentadores de la Fox, incluido el propio Rupert Murdoch, pone de manifiesto que ni siquiera ellos se creían esa mentira tantas veces repetida en su emisora.

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Murdoch ha preferido pagar una suma multimillonaria a que un jurado declare que Fox engañó a conciencia a sus televidentes. Evita de paso declarar en el juicio sobre su embarazoso papel en ese bulo y que tengan que desfilar por el juzgado y quedar en evidencia algunos de sus presentadores estrella. Queda otra demanda por difamación similar abierta, de la empresa Smartmatic, que reclama 2.700 millones de dólares.

“Reconocemos las decisiones del tribunal que declaran falsas ciertas afirmaciones sobre Dominion“, ha dicho la Fox en un comunicado. “Esperamos que nuestra decisión de resolver este litigio con Dominion de forma amistosa, en lugar de la acritud de un juicio divisivo, permita al país salir adelante de estas cuestiones“, ha añadido. Resulta difícil imaginar que la Fox vaya a enterrar el bulo electoral. Otra cosa es que ya no acuse de participar en el mismo a una empresa concreta.

Selección del jurado

El juicio debía arrancar este lunes, pero el domingo por la noche el juez del caso avisó de que se retrasaba al martes. El martes, todos estaban convocados a las 9.00 de la mañana (las 15.00, hora peninsular española) y la sesión ha empezado puntual, pero el día se ha ido yendo entre la selección del jurado y una serie de recesos. No ha habido siquiera alegatos iniciales de las partes que, en paralelo, han negociado un acuerdo extrajudicial.

A los candidatos a formar parte del jurado se les llamaba e identificaba por números para proteger su intimidad, Los abogados de las partes les daban el visto bueno o los vetaban en función de sus criterios y de las respuestas previas a algunas preguntas.

El jurado seleccionado estaba compuesto por seis hombres y seis mujeres. De los 12 miembros, 7 son afroamericanos. La media de edad estaba en torno a 40 años, aunque no hay datos al respecto, sino que es una estimación subjetiva. En la sesión de este martes no ha habido preguntas. Tras la selección del jurado se ha elegido también a los suplentes. Delaware es un estado claramente demócrata y el juicio se lleva a cabo en su localidad más importante, Wilmington, ciudad adoptiva de Joe Biden. El jurado pertenece a un condado donde el número de votantes demócratas duplica al de republicanos. Las perspectivas para Fox eran malas.

Instrucciones

Por la mañana, el juez ha dado instrucciones a los jurados. Les ha insistido en que obedezcan cada una de sus órdenes, “las diga una vez o las repita siete veces”. Les ha dicho que pueden tomar notas y que eso les puede resultar útil, pero les ha advertido de que no pueden hablar del caso con nadie: familia, amigos, compañeros, a pesar de que “la naturaleza humana” lleve a ello. Y mucho cuidado con coincidir con testigos en el ascensor o en el garaje, les comprometería, les ha advertido. Por supuesto, estaba vetado cualquier contacto con los abogados de las partes. También les ha pedido que no hicieran de detectives, que no tratasen de investigar por su cuenta ni buscar en redes sociales ni en internet información sobre el caso o sobre el juicio. “No hagan de Dck Tracy”, les ha dicho.

El juez había pedido a los periodistas que tecleasen con delicadeza en los ordenadores portátiles. Dentro de la sala no estaba permitido usar el teléfono móvil ni conectarse con los portátiles a internet, aunque la vigilancia no ha sido demasiado estricta.

Tras la selección del jurado, el juez ha dudado si dar paso a los alegatos iniciales de las partes, pero les ha preguntado para cuánto tiempo tenían. El abogado de Dominion ha dicho que su dicurso sería de hora y cuarto. Y el de Fox, aún más, hora y media. Demasiado largos para hacerlos antes de comer. El juez ha ordenado un receso y ha citado en la sala a las 13.30.

Los abogados de Fox, este martes en Wilmington (Delaware).ALEX WONG (Getty Images via AFP)

La puntualidad de la mañana no se ha repetido por la tarde. El juez ha hecho su aparición unos segundos y enseguida se ha retirado. Los abogados de las partes iban y venían, entraban y salían de la sala, se juntaban entre sí, salían en dirección a hablar con el juez en su despacho… Mientras, la zona de público de la sala de vistas, atestada de periodistas, era un hervidero de rumores. “Están negociando un acuerdo”, decía uno. “Igual están revisando las diapositivas de los alegatos”, añadía otra.

Nadie parecía tener mucha información, eran más bien instintos de quienes llevan años cubriendo casos en los juzgados de Delaware. Los acuerdos, decían, suelen llegar cuando ya se acerca el juicio. Al tiempo, admitían lo extraño del caso, un retraso así cuando ya está seleccionado el jurado y si no ha empezado la vista ha sido porque los discursos iban a ser más largos de la cuenta.

Pronto ha empezado a quedar claro que tampoco iba a dar tiempo para empezar el juicio este martes. El horario del juzgado es hasta las 16.30 y el inicio de la sesión de la tarde se ha retrasado una y otra vez, casi tres horas, hasta que se ha anunciado que el caso está resuelto.

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