Francia asegura haber matado al líder del Estado Islámico en el Sahel


El Ejército francés ha matado a Abou Walid al Saharaui, líder del grupo terrorista Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS) que opera en el Sahel, según ha asegurado el presidente de este país, Emmanuel Macron, en su perfil de Twitter en la madrugada de este jueves. “Se trata de un nuevo gran éxito en el combate contra los grupos terroristas del Sahel”, manifestó a través de la red social. Al Saharaui era uno de los terroristas más buscados de África y a su grupo se atribuye la mayor parte de ataques y atentados de los últimos años en el oeste de Níger y el este de Burkina Faso y Malí. La ministra francesa de Defensa, Florence Parly, especificó que los militares de la Operación Barkhane llevaron a cabo el ataque que acabó con Al Saharaui.

“La nación piensa esta noche en todos sus héroes muertos por Francia y el Sahel en las operaciones Serval y Barkhane, en las familias en duelo, en todos sus heridos. Su sacrificio no ha sido en vano. Junto a nuestros aliados africanos, europeos y americanos continuamos este combate”, añadió Macron, un mensaje que se produce en un momento especialmente sensible por la anunciada retirada de un 40% de los soldados de Barkhane antes de final de año y el debate abierto sobre una posible contratación de mercenarios rusos de la empresa Wagner por parte de Gobierno de Malí para combatir contra el yihadismo.

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El 13 de enero de 2020 en la cumbre celebrada en Pau (Francia) entre el propio Macron y los jefes de Estado de los países del G5 del Sahel -el organismo de coordinación regional que incluye a Mauritania, Chad, Burkina Faso, Níger y Malí-todos ellos se marcaron como objetivo prioritario de la lucha contra el terrorismo la zona llamada de Las Tres Fronteras que comparten estos tres últimos países y, en concreto, el combate contra el EIGS. Unos meses más tarde, el 9 de agosto de 2020, este grupo terrorista asesinó a seis cooperantes franceses y dos ciudadanos nigerinos en la reserva natural de Kouré, un ataque tras el que el Gobierno francés prometió perseguir a sus responsables. En septiembre el Estado Islámico reclamó su autoría.

Entre junio y julio de este año y en coordinación con el Ejército nigerino, el más sólido en la región, la Operación Barkhane francesa golpeó con intensidad al EIGS en la zona de Las Tres Fronteras, asesinando a al menos dos importantes lugartenientes de Al Saharaui. Sin embargo, este seguía siendo un gran objetivo militar que se resistía. Los informes de inteligencia apuntaban a que se movía con enorme facilidad entre las fronteras de los tres países y que sus bases principales estaban entre Menaka en Malí y el norte de la región de Tillabéri, en Níger, donde contaba con la complicidad de grupos locales.

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Al Saharaui tenía algo menos de 50 años y nació en El Aaiún (Sahara Occidental). Tras vivir durante años en los campamentos de Tinduf y formar parte del Frente Polisario se radicalizó y fue uno de los fundadores del grupo terrorista Movimiento por la Unicidad de la Yihad en África Occidental (Muyao), uno de los que ocupó el norte de Malí en 2012 desencadenando la oleada yihadista que todavía sufre la región. Dentro de Muyao fue el responsable del secuestro de dos cooperantes españoles y una italiana en los campamentos de Tinduf en 2011. Tras la ofensiva francesa de 2013, Muyao se reconvierte en Al Murabitún.

En 2015, Al Saharaui proclama la adhesión de Al Murabitún al Estado Islámico pero el líder de ese grupo, Mokhtar Belmokhtar le desautoriza y proclama que la organización se mantiene fiel a Al Qaeda, lo que desencadena una escisión: Al Saharaui crea entonces EIGS. Este grupo terrorista ha sido el principal responsable de la extensión del yihadismo a Níger desde sus bases en el norte de Malí y los expertos sostienen que ha estado en contacto con Al Barnaui, líder de Estado Islámico de África Occidental (Iswap) que opera en el noreste de Nigeria, para intentar crear un corredor yihadista que conecte ambas zonas en el Sahel.

De confirmarse su muerte sería un duro golpe para este grupo terrorista pero también uno de los éxitos más importantes para la lucha antiterrorista francesa en el Sahel, incluso más que la eliminación de Abdemalek Drukdel en junio de 2020. Al Saharaui era un terrorista en plena actividad que se había caracterizado en los últimos tiempos por ordenar asesinatos masivos contra civiles. El Gobierno de Malí y autoridades locales de este país y Burkina Faso han lanzado iniciativas de diálogo con los yihadistas, pero Al Saharaui, a quien consideran un asesino sanguinario, había quedado siempre al margen de estas.

Precisamente este jueves el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, advirtió sobre los riesgos de un posible acuerdo entre la empresa rusa de seguridad Wagner y el Gobierno de Malí, que están negociando según adelantó la agencia Reuters esta semana y confirmaron fuentes del Ejecutivo maliense. “Son mercenarios conocidos por sus atrocidades”, aseguró el ministro galo quien manifestó que su presencia en Malí sería “incompatible con la presencia internacional”, dijo en declaraciones a la emisora France Info.

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