“¡Nada es imposible en el universo!”. Esa fue la frase que, en los años setenta y ochenta, hizo famosos como divulgadores científicos a Grichka e Igor Bogdanoff, los gemelos más célebres y excéntricos de Francia. Y esas mismas palabras eran las que abrían, junto a su fotografía, el libreto que sus familiares dejaron en los bancos de la iglesia de la Madeleine, uno de los símbolos de París y del país galo, donde los dos hermanos de 72 años recibieron un multitudinario funeral, casi de Estado, el lunes 10 de enero.
Los Bogdanoff fallecieron con apenas seis días de diferencia, ambos a causa de la covid-19. El pasado 28 de diciembre, y tras pasar varios días en coma, falleció Grichka, mientras que su hermano Igor le sobrevivió hasta el 3 de enero, tal y como informó primero su agente y después el abogado de la familia. Entonces la prensa francesa explicó que ambos habían ingresado en la UCI del hospital parisino Georges-Pompidou el 15 de diciembre y, según Le Monde, ninguno de los dos había recibido la vacuna contra el coronavirus, algo que su letrado no quiso confirmar. El exministro de Educación y profesor de filosofía francés Luc Ferry aseguró a Le Parisien que ninguno estaba vacunado y que, aunque en ningún caso promovían que no se administrara la vacuna, “sí que eran antivacunas consigo mismos”.
El lunes, los dos hermanos fueron despedidos a lo grande y con todos los honores en un gran funeral en la iglesia de la Madeleine, en pleno centro de París —la misma donde también recibieron su último adiós Coco Chanel, Merlene Dietrich o Johnny Hallyday— y entre centenares de familiares, amigos y admiradores que se quedaron a las puertas del templo. Entre quienes acudieron a darles el último adiós estaban el propio Ferry, así como el cantante Francis Lalanne, el filósofo Raphaël Enthoven, el humorista Cyril Hanouna y el coleccionista y escritor Pierre-Jean Chalencon. El expresidente francés Nicolas Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, enviaron un gran ramo de rosas blancas.
A la ceremonia, de hora y media de duración, también acudió la segunda esposa de Igor y madre de los dos hijos pequeños del fallecido, Amélie de Borbón y Parma, hija de Miguel de Borbón-Parma y prima de Felipe VI. La pareja se casó en octubre de 2009 en una ceremonia celebrada en el magnífico castillo francés de Chambord, con más de 300 invitados y al que llegaron en un helicóptero pilotado por Igor. Se separaron en 2016.
Igor tuvo un total de seis hijos. El mayor fue Dimitri, nacido en 1976 de una relación con la actriz Geneviève Grad. En el verano de 1989 se casó con la condesa Ludmilla d’Oultremont, y tuvieron tres hijos: Sasha Maria (que nació tres meses después de la boda y hoy se dedica a la música); Anna Claria, nacida en 1991 y que trabaja en el mundo del cine; y el ahora también músico Wenceslas, que llegó al mundo en 1994, apenas unos meses antes de que sus padres se divorciaran. Los más pequeños, Constantin y Alexander, fruto de su relación con Amélie de Borbón y Parma, tienen apenas 10 y siete años. A Grichka Bogdanoff no se le conocieron relaciones ni hijos.
“Igor y Grichka escanearon el cielo”, afirmó el sacerdote durante el sepelio, según recoge el diario francés Le Point. “Su ciencia los guio hacia la existencia de Dios”, aseguró, mientras que Borbón y Parma, que también pronunció unas palabras durante el acto, aseguró: “Ya no estás aquí, sino que vives para siempre en nuestros corazones”.
Los gemelos, descendientes de la aristocracia austríaca, eran doctores en Física y Matemáticas y fueron conocidos divulgadores científicos en la televisión francesa, aunque sembraron la polémica por su controvertida forma de abordar ciertos temas, no siempre aceptada por la comunidad científica. De hecho, ellos afirmaban que no se habían sometido a cirugía estética, sino que habían pasado por diversos experimentos que les conferían su característico aspecto. Ambos serán enterrados el miércoles ya en una ceremonia íntima que tendrá lugar en su ciudad natal, Saint-Lary, en Gers, al sudoeste de Francia, a 700 kilómetros de París.