Francia ‘indulta’ a Benzema

Deschamps (i) y Benzema charlan en 2013 en Porto Alegre (Brasil).
Deschamps (i) y Benzema charlan en 2013 en Porto Alegre (Brasil).FRANCK FIFE / AFP

Didier Deschamps convocó a Karim Benzema para disputar la Eurocopa de fútbol entre junio y julio próximos. La llamada del seleccionador de Francia, después de seis años de ausencia, añade otro capítulo a la turbulenta relación del delantero del Madrid con su equipo nacional y su país de origen en un momento social especialmente convulso para los descendientes de la inmigración magrebí. La convocatoria se produce después de más de cinco años de ausencia inducida por un escándalo de ramificaciones criminales y políticas. Por el camino Francia ganó un Mundial, Deschamps acumuló poder y Benzema prosperó en el campo de juego como principal autoridad de este Real Madrid, en donde, ya con 33 años, cada día es más fiable.

“Me reuní con Karim y mantuvimos una larga discusión”, reveló Deschamps, tras la presentación de la lista de 26 jugadores. “Después me tomé un tiempo para reflexionar, para analizar lo que nos dijimos. Eso fue lo más importante para tomar mi decisión. Pero no revelaré el contenido de lo que hablamos en este encuentro, ni la fecha, ni el lugar”.

El drama que separó a Benzema del equipo de Francia se desencadenó a finales de 2015, cuando una banda criminal chantajeó a Mathieu Valbuena amenazándole con difundir un vídeo de contenido sexual si no pagaba 150.000 euros. El exjugador del Marsella, que por entonces frecuentaba la selección, no solo se negó a pagar sino que acusó a Benzema de complicidad con quienes le extorsionaban. Valbuena declaró ante el juez que su compañero de selección conocía a los delincuentes y había oficiado de intermediario incitándole a pagar el rescate. La Fiscalía de Versalles, encargada de investigar el caso, acusó a Benzema de “complicidad en un intento de chantaje”. Tras una larga instrucción, el pasado enero el juez resolvió celebrar el juicio oral en octubre.

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Deschamps dejó de convocarle coincidiendo con el comienzo de las investigaciones, que incluyeron la detención del jugador en una comisaría. Benzema se sintió maltratado y desprotegido. En 2016, tras verse fuera de la Eurocopa que organizó Francia, ofreció una entrevista en el diario Marca y acusó al seleccionador de cobardía, en el mejor de los casos. “Ha cedido a la presión de un sector racista de Francia”, declaró. Deschamps le respondió con amargura: “Nunca podré olvidarlo, fue violento e inaceptable”.

El seleccionador no olvidó. Al menos, mientras Olivier Giroud, el nueve del Chelsea y su jugador fetiche, siguió marcando goles de manera más o menos regular. La decadencia del tanque con el que Francia levantó la Copa del Mundo de Rusia en 2018 ha sido uno de los estímulos del acercamiento. Las razones de oportunidad política no han faltado.

Representante fiel de la tercera generación de inmigrantes argelinos en Francia, lo primero que postuló Benzema cuando lo llamó la selección mayor hace más de una década fue que siempre llevaría a Argelia “en el corazón”, y que si se enfundaba el uniforme tricolor lo hacía exclusivamente por razones de lógica deportiva.

La ultraderecha no tardó en señalarle, en medio de un fuerte debate social sobre eso que Macron define como “separatismo”. Todo ello se refleja en la trayectoria de Benzema con su selección. Mientras que Zidane, hijo de kabiles, jamás reivindicó nada, su pupilo en el Madrid, nieto de kabiles, no ha dejado de expresar una suerte de doble lealtad, muy propia de su generación, que le ha llevado incluso a cuestionar la letra de La Marsellesa por considerarla violenta.

”Ni tú lo comprendes, ni yo lo comprendo, ni nadie lo comprende”, sentenció Zidane cuando hace poco le preguntaron si entendía las razones de la ausencia de Benzema en la selección campeona del mundo. El tutelaje del entrenador del Madrid, leyenda de Francia y amigo de Deschamps, no solo ha servido para aproximar posturas que parecían irreconciliables. Ha permitido a Benzema alcanzar un nivel de confianza difícil de comprender de otro modo. Sus 29 goles y ocho asistencias con el Madrid esta temporada son la culminación del periodo de mayor estabilidad y liderazgo que ha experimentado en su carrera.

Noël Le Graët, el presidente de la Federación Francesa de Fútbol, deslizaba desde hacía meses que quería un ataque compuesto por Griezmann, Benzema y Mbappé en la próxima Eurocopa. Las confesiones pudorosas de Le Graët coincidían con el reclamo de una parte de la opinión púbica. Desde que Benzema disputó su último partido con Francia, el 8 de octubre de 2015 ante Armenia (4-0, dos goles y una asistencia suyos), el consenso no le había favorecido tanto. Políticamente, y deportivamente, la llamada parece conveniente a los planes de Deschamps. Después de todo, la sentencia por el caso de chantaje en grado de tentativa se emitirá cuando la Eurocopa sea cosa juzgada.

Los 26 de Francia

Porteros : Hugo Lloris (Tottenham), Steve Mandanda (OM), Mike Maignan (Lille). Defensas: Benjamin Pavard (Bayern), Léo Dubois (OL), Raphaël Varane (Real), Kurt Zouma (Chelsea), Presnel Kimpembe (PSG), Clément Lenglet (Barça), Lucas Hernandez (Bayern), Lucas Digne (Everton), Jules Koundé (Séville FC). Mediocampistas: N’Golo Kanté (Chelsea), Paul Pogba (Man. United), Adrien Rabiot (Juventus), Corentin Tolisso (Bayern), Moussa Sissoko (Tottenham), Thomas Lemar (Atlético). Atacantes: Marcus Thuram (Mönchengladbach), Kingsley Coman (Bayern), Kylian Mbappé (PSG), Antoine Griezmann (Barça), Olivier Giroud (Chelsea), Karim Benzema (Real), Wissam Ben Yedder (Monaco), Ousmane Dembélé (Barça).

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