Francia reabrirá las fronteras con el Reino Unido pero exigirá pruebas anticovid

Johnson, durante la conferencia de prensa convocada este lunes en Londres.
Johnson, durante la conferencia de prensa convocada este lunes en Londres.Tolga Akmen / AP

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha reclamado este lunes a Boris Johnson que pida una prórroga del periodo de transición acordado con la UE, previsto para el próximo 31 de diciembre. “La nueva variedad del virus, y todas sus consecuencias, nos hace enfrentarnos a una situación profundamente seria, que reclama el cien por cien de nuestra atención”, ha dicho Sturgeon. “Sería inconcebible mezclarlo con el Brexit”. A la petición se sumó el alcalde laborista de Londres, Sadiq Khan, quien recordó que los hospitales de la capital se encuentran saturados y “todo el país debe concentrarse en combatir el virus”. El Gobierno británico ha rechazado de nuevo la idea de un retraso.

El ministro británico de Transportes, Grant Shapps, el primer miembro del Gabinete de Johnson que ha experimentado por adelantado el caos que se avecina en Dover, el puerto de entrada y salida de gran parte de los intercambios comerciales entre el Reino Unido y el continente europeo, ha respondido de modo tajante: un retraso en el periodo de transición, ha dicho, “añadiría gasolina al fuego” al incrementar la incertidumbre actual. Shapps ha señalado incluso que la logística de emergencia desplegada en Kent y Dover en las últimas horas, para aliviar el caos circulatorio de más de 5.000 camiones paralizados, era parte de los preparativos puestos en marcha desde hace meses para hacer frente a un posible Brexit desordenado, y que ha demostrado su eficacia.

Johnson ha aprovechado una rueda de prensa convocada para abordar la situación en Dover para establecer tajantemente su posición ante las peticiones de retraso del periodo de transición: “Vamos a ser fieles hasta el final a nuestro compromiso con el Brexit. Las negociaciones con la Comisión Europea siguen en marcha, y nuestra posición no ha cambiado en absoluto. Queremos ser capaces de controlar nuestras propias leyes y nuestras propias aguas”, ha dicho.

La voz unánime de apoyo a Johnson por parte del Partido Conservador ha comenzado a quebrarse. El diputado Simon Hoare, presidente de la comisión parlamentaria para Irlanda del Norte, ha pedido al Gobierno que se comporte con madurez: “Con el empeoramiento de la situación provocada por la covid-19 y en la fecha en que estamos, me gustaría que el reloj se detuviera en las conversaciones del Brexit. No vamos a disponer de tiempo parlamentario para debatir un posible acuerdo, y los peligros para nuestra economía de un Brexit sin acuerdo son alarmantes. Ha llegado el momento de la madurez”, ha escrito Hoare en su cuenta de Twitter.

Parlamento Europeo

Incluso si Bruselas y Londres logran un acuerdo sobre el acuerdo comercial posterior al Brexit, su ratificación deberá esperar al año que viene. Los dos principales grupos del Parlamento Europeo, populares y socialistas, han descartado este lunes la tramitación parlamentaria del posible texto antes del 1 de enero por falta de tiempo para llevar a cabo un escrutinio democrático suficientemente riguroso.

Mientras los equipos negociadores dirigidos por Michel Barnier, en el lado europeo, y David Frost, en el británico, continúan apurando el plazo para llegar a un pacto antes del 31 de diciembre, Bruselas deberá buscar ahora también una fórmula que permita la entrada en vigor provisional del posible acuerdo o alguna alternativa legal que evite el caos fronterizo a partir de año nuevo si el nuevo tratado no puede aplicarse.

La aplicación provisional del acuerdo, sin embargo, puede provocar un cortocircuito institucional en el proceso de ratificación, porque numerosos eurodiputados lo consideran una humillación y prefieren que el texto no pueda aplicarse hasta que tenga el visto bueno parlamentario.

“Los juegos políticos de Westminster han hecho perder demasiado tiempo”, ha lamentado el líder del grupo Popular en el hemiciclo europeo, el eurodiputado alemán Manfred Weber. “Ahora es imposible que el Parlamento evalúe un acuerdo antes de fin de año y no lo vamos a aprobar sin más porque es un texto demasiado importante”, ha añadido.

En la misma línea se ha expresado la eurodiputada española Iratxe García, líder del grupo Socialistas y Demócratas en la Cámara europea: “Las negociaciones deben continuar pero la Comisión Europea debe encontrar una fórmula legal que garantice un comienzo de año ordenado sin una aplicación provisional del acuerdo”.

La presión se redobla sobre unos negociadores que siguen enfrascados en el regateo sobre las cuotas pesqueras en aguas británicas y con los últimos flecos sobre las medidas para garantizar una competencia leal de las empresas británicas en el mercado europeo a partir del 1 de enero. Al escaso tiempo restante para el fin del período transitorio del Brexit se ha unido la alarma provocada por la aparición de una nueva variante del virus en el Reino Unido, que ha llevado a la mayor parte de los socios comunitarios a cerrar sus fronteras al transporte procedente de la isla. El caos fronterizo temido a final de año se ha adelantado 10 días y hace aún más imprevisible la reacción de Johnson.


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