Francia retendrá dos cuadros de la colección Morozov que debía devolver a Rusia


Cuando pueda volver a Rusia, la fabulosa colección Morozov, una de las principales recopilaciones de arte impresionista y moderno del mundo, no regresará íntegra. Al menos dos de las obras expuestas hasta la semana pasada con gran éxito por la Fundación Louis Vuitton en París “se quedan” en Francia por el momento, según han confirmado a EL PAÍS este sábado fuentes del Ministerio de Cultura. La decisión de paralizar el retorno de un cuadro que pertenece a un oligarca ruso sancionado por la Unión Europea tras la ofensiva rusa en Ucrania y otro de un museo ucranio, ha sido tomada tras analizarse durante semanas una compleja situación que podría afectar a futuros préstamos de arte entre Estados, protegidos en principio por ley. Una tercera obra está siendo “analizada” para ver si también permanece en territorio galo hasta que la UE levante las sanciones.

El primero de los cuadros inmovilizados “debe permanecer en Francia por la congelación de bienes del oligarca” decretada por la UE, de acuerdo con las fuentes. Si bien el Ministerio de Cultura no revela de qué cuadro se trata, otras fuentes cercanas al caso confirman que se trata del Autorretrato de Piotr Kontchalovski (1912), que procede de la colección particular de Petro Olegovich Aven, incluido desde el comienzo de la guerra en Ucrania en la lista negra de oligarcas cercanos al presidente ruso, Vladímir Putin, cuyos bienes en territorio europeo Bruselas ha ordenado congelar.

‘Autorretrato’ de Piotr Kontchalovski (1912) es la obra expuesta en París propiedad del oligarca ruso Petro Olegovich Aven.S. A.

La segunda pintura retenida es un retrato de Margarita Morozova del pintor Valentin Seroy, que pertenece al museo de Bellas Artes de Dnipropetrovsk, en Ucrania. El museo “nos ha pedido que la guardemos mientras no pueda regresar a Ucrania de manera segura, así que Francia va a conservar esta obra de manera totalmente consensuada con el museo ucranio y, en cuanto nos la pidan, será enviada”, señalan las fuentes.

El caso de una tercera obra que pertenece a una fundación “muy cercana a un oligarca que acaba de ser incluido en la lista de sanciones” europeas está “siendo analizado aún por los servicios del Estado”, de acuerdo con fuentes del Ministerio de Cultura. El oligarca afectado es Viatcheslav Moshe Kantor .

Las alrededor de 200 obras de la colección Morozov, que contiene joyas impresionistas hasta ahora rara vez mostradas fuera de Rusia como La ronda de los prisioneros de Vincent Van Gogh o el Tríptico marroquí de Henri Matisse, fueron expuestas por la Fundación Louis Vuitton (privada) hasta el domingo pasado.

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Con algo más de un millón de visitas, se ha convertido en una de las exposiciones más exitosas jamás mostradas en Francia. Como toda obra de arte recibida como préstamo temporal por una institución, oficial o privada, francesa, la colección Morozov gozaba de una protección legal especial: una ley de 1994 impide que obras prestadas por “una potencia extranjera, una colectividad pública o una institución cultural extranjera” puedan ser embargadas a su llegada a Francia.

La normativa nació tras un incidente con otras pinturas de origen ruso. En 1993, los herederos de Matisse intentaron —infructuosamente— que se incautaran unas pinturas de su antepasado pertenecientes a la colección del magnate Serguéi Shchukin prestadas al Centro Pompidou. A raíz de ese caso, se aprobó la ley para proteger estos préstamos. Desde entonces, cada vez que llega una obra cedida temporalmente por otro país, se debe emitir un decreto para garantizar la “inembargabilidad de los bienes culturales” prestados hasta el fin de su exposición en el territorio nacional.

No obstante, la ofensiva rusa en Ucrania planteó el dilema de qué hacer con una colección rusa en la que había algunos cuadros vinculados a oligarcas cercanos a Putin. EL PAÍS preguntó al respecto hace más de tres semanas, pero la respuesta solo ha llegado ahora, por un motivo, explican las fuentes oficiales: Francia tuvo que preguntar a su vez a la Comisión Europea qué pasaba con las colecciones prestadas antes de la guerra y las obras ligadas a oligarcas, para saber cómo tratarlas. Bruselas respondió que todas las obras de arte entraban en las sanciones, lo cual choca con la normativa gala de inembargabilidad. Y “por jerarquía de normas, el derecho europeo sobrepasa el decreto que habíamos emitido”, recuerdan las fuentes.

Aun así, había una salida para poder devolver el grueso de la colección Morozov y, eventualmente, que podría afectar a casos similares en otros países: en la presentación del último paquete de sanciones votado el pasado miércoles, Francia incluyó una enmienda con derogación que permite que “las autoridades competentes podrán autorizar la transferencia o la exportación a Rusia de bienes culturales que estén en préstamo en el contexto de la cooperación cultural formal con Rusia”. Gracias a esta enmienda, señalan las fuentes francesas, la colección Morozov podrá regresar “por carretera” en breve, dicen sin dar más explicaciones por cuestiones de seguridad. Pero, agregan, a cambio han decidido retener las obras de los oligarcas castigados por Europa.

La nueva normativa explicaría también por qué Finlandia, que el miércoles anunció que había retenido obras rusas que regresaban a Moscú tras haber sido expuestas como préstamo en Italia y Japón, por sospechar que contravenían las sanciones europeas, ha permitido finalmente que regresen a Rusia, según anunció el Gobierno de Putin este sábado.


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