Francia y sus aliados retirarán sus fuerzas de Malí de forma “coordinada” en seis meses


La marcha de las tropas internacionales que llevan nueve años combatiendo el avance yihadista en Malí ya es un hecho. Francia y sus aliados occidentales y africanos han anunciado este jueves la “retirada coordinada” del territorio maliense de sus efectivos de las operaciones Barkhane y Takuba y su traslado a otros países vecinos en un plazo de entre cuatro y seis meses, en vista de las dificultades cada vez mayores que las autoridades golpistas de Bamako ponen a su presencia. España no participa en estas operaciones, pero sí lidera la misión europea de formación de las tropas malienses, EUTM-Malí, que continuará en el país, al menos de momento.

“Ante las múltiples obstrucciones de parte de las autoridades de transición malienses, Canadá y los Estados europeos que operan en la operación Barkhane y en el seno de la task force Takuba consideran que ya no se dan las condiciones políticas, operacionales y jurídicas para continuar de manera eficaz su compromiso militar actual en la lucha contra el terrorismo en Malí”, señalan los países afectados en un comunicado distribuido por Francia, que lidera las operaciones militares en el Sahel.

“No podemos continuar trabajando militarmente con unas autoridades de facto con las que no compartimos ni la estrategia ni sus objetivos. Es la situación en la que nos enfrentamos hoy en Malí”, ha abundado el presidente francés, Emmanuel Macron, en una rueda de prensa en el Elíseo.

Mercenarios de la empresa rusa Wagner

“La lucha contra el terrorismo no puede justificarlo todo, no debe, bajo pretexto de ser una prioridad absoluta, transformarse en un ejercicio de conservación indefinida del poder y tampoco puede justificar ni la escalada de la violencia ni el recurrir a mercenarios (…) cuyo ejercicio de la fuerza no está controlado por ninguna convención ni regla”, ha agregado en referencia a la creciente presencia de mercenarios de la empresa rusa Wagner en Malí, una situación denunciada con creciente preocupación por Europa.

No obstante, los países participantes en las misiones antiterroristas en el Sahel aseguran que están en “estrecha coordinación” con los países vecinos y reafirman en su comunicado conjunto su “voluntad de continuar implicados en la región, respetando sus procedimientos constitucionales respectivos”.

“Las amenazas en la región, las organizaciones terroristas Al Qaeda y el Estado Islámico, han querido hacer de África, especialmente del Sahel, una prioridad en su expansión (…) con una agenda internacional. Eso justifica nuestra presencia”, ha afirmado al respecto Macron.

En este sentido, y “a petición de los socios africanos”, las fuerzas internacionales iniciarán “consultas políticas y militares” de inmediato con Níger y los países del Golfo de Guinea que ya han manifestado su interés en “continuar su acción conjunta contra el terrorismo en la región del Sahel” y que podrían alojar a las tropas salientes, en una operación que debería estar aclarada para junio de este año.

En total, en el Sahel hay, según el Elíseo, unas 25.000 fuerzas internacionales, de las que 4.300 son franceses, de ellos 2.400 en Malí en el marco de la operación antiyihadista Barkhane y Takuba, la task force de fuerzas especiales de varios países de la UE acordada en enero de 2020 y que apoya, bajo mando francés, a las fuerzas armadas malienses en operaciones antiterroristas en el país. Francia, que ha perdido en sus nueve años de operaciones en el Sahel a más de medio centenar de militares, ya recompuso su dispositivo en Malí en 2021, reduciendo su presencia militar en el norte del país y priorizando las operaciones de Takuba.

La salida de las fuerzas francesas obligará a revisar la presencia de la misión militar europea en Malí, incluida la participación de España y Alemania que, aunque no forman parte de Takuba, son los principales contribuyentes de la veterana misión EUTM-Malí, liderada por España y que instruye al Ejército maliense para enfrentarse a los terroristas. Ambos países se han mostrado dispuestos a revisar su presencia en Malí, aunque España no es muy partidaria de la retirada. Según ha indicado Macron, en los próximos meses, mientras se consolida la retirada de las fuerzas de Barkhane y Takuba, habrá que realizar un “trabajo de reflexión y evolución de los ejercicios EUTM y de Minusma” (la misión de estabilización de Mali de la ONU) que el mandatario galo no ha querido “prejuzgar” por el momento.

La marcha del grueso de las fuerzas internacionales de Malí era dada por segura desde que, en las pasadas semanas, Francia dio a entender que actuaría en este sentido, en vista del rápido deterioro de sus relaciones con las autoridades de Bamako, que a finales de enero expulsaron al embajador galo.

La decisión ha sido anunciada horas antes del comienzo en Bruselas de una Cumbre UE-Unión Africana y está firmada por además de Francia, Alemania, Bélgica, Benín, Canadá, Chad, Costa de Marfil, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Italia, Ghana, Mauritania, Níger, Portugal, República Checa, Rumania, Senegal, Suecia y Togo, así como el Consejo Europeo, la Comisión Europea, la Coalición por el Sahel y la Comisión de la Unión Africana. Sus máximos representantes habían participado la pasada noche en una cena informal organizada en el Elíseo por Macron para, precisamente, “coordinar” la decisión de salir de Malí, una maniobra que Francia no quiere que sea vista como una decisión unilateral.

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