Frases célebres de Mariano José de Larra en el día de su nacimiento

Mariano José de Larra fue escritor, periodista, crítico literario y político. Es uno de los exponentes de romanticismo literario al lado de importantes autores de la época. Hoy le homenajeamos con las frases célebres de Mariano José de Larra en el día de su nacimiento.

Nació un 24 de marzo de 1809 y muere un 13 de febrero de 1837 suicidándose con tan solo 27 años de edad.

¿No se lee en este país porque no se escribe, o no se escribe porque no se lee? Esa breve dudilla se me ofrece por hoy, y nada más. Terrible y triste cosa me parece escribir lo que no ha de ser leído.

Muchas cosas me admiran en este mundo: esto prueba que mi alma debe pertenecer a la clase vulgar, al justo medio de las almas; sólo a las muy superiores, o a las muy estúpidas, les es dado no admirarse de nada.

¿Hay misterio que celebrar? Pues comamos , dice el hombre; no dice: reflexionemos. El vientre es el encargado de cumplir con las grandes solemnidades.

Ley implacable de la naturaleza: o devorar, o ser devorado. Pueblos e individuos, o víctimas o verdugos.

Muchos creen por desgracia que basta una ilustración superficial, cuatro chanzas de sociedad y una educación falsamente despreocupada para hacer feliz a una nación.

Cuando la opinión es la que derriba, derriba para siempre; la violencia deja tras de sí, al derribar, la probabilidad de la reacción a la fuerza hoy vencida y que puede ser vencedora mañana. frases célebres de Mariano José de Larra

En el matrimonio es preciso contar con cualidades que resistan, que duren, y las grandes pasiones pasan pronto; al paso que una condición apacible en todos tiempos es buena.

¿En dónde ve el pueblo español su principal peligro, el más inminente? En el poder dejado por una tolerancia mal entendida.

Los autores han dicho siempre en sus prólogos y se lo han llegado a creer ellos mismos, que escriben para el público; no sería malo que se desengañasen de este error. Los no leídos y los silbados escriben evidentemente para sí; los aplaudidos y celebrados escriben por su interés, alguna vez por su gloria; pero siempre para sí.

¿Quién no hace locuras y disparates alguna vez en su vida? ¿Quién no ha hecho versos, quién no ha creído en alguna mujer, quién no se ha dado malos ratos algún día por ella, quién no ha prestado dinero, quién no lo ha debido, quién no ha abandonado alguna cosa que le importase por otra que le gustase? ¿Quién no se casa, en fin?…


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