Frases de venganza

La venganza no es buena. Todo lo que sea producir daño puede repercutir hacia nosotros tarde o temprano. Hay algunas frases de venganza que nos van a hacer pensar. Entenderás porque es mejor no hacer demasiado caso y pasar por algo según qué cosas.

Con estas frases, dichas por personajes importantes alguna vez en su vida, dejaremos a un lado este animo de posesión y poca confianza con el resto de personas.

Ojo por ojo, la esencia de todas las venganzas. John Katzenbach

La supervivencia era mi única esperanza, el éxito mi única venganza. Patricia Cornwell

Te heriré por esto. Todavía no sé cómo, pero dame tiempo. Sabrás que la deuda estará paga George R. R. Martin

Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón. Jorge Luis Borges

El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecérsele. Marco Aurelio

La venganza más cruel es el desprecio de toda venganza posible. Johann Wolfgang Goethe

Vengarte de ti mismo o de tus allegados no solo es un derecho, sino que es un deber absoluto. Stieg Larsson

No puede herirnos la injuria sino cuando la recordamos; por ello la mayor venganza es el olvido. Harold Hard Crane

Antes de empezar un viaje de venganza, cava dos tumbas. Confucio

En la historia humana el deseo de venganza y el deseo de recompensa han sido a menudo estrechamente relacionados. Jhon McCarthy

No importa cuántas veces las personas traten de criticarte, la mejor venganza es demostrarles que están equivocados Zayn Malik

No solo creo en el karma, sino que estoy convencido de que las cosas ocurren por una razón. Bill Goldberg

Si aprendes a odiar a una o dos personas, pronto odiarás a millones de personas. Jerry Spinello. Son frases de venganza.

Sobre él verteré todos los demonios de la oscuridad exterior miren asombrados y reconozcan que la especialidad del hombre es la venganza Patrick Rothfuss

La ira, el resentimiento y los celos no alteran el corazón de los demás, sólo cambian el tuyo. Shannon L. Alder

La venganza no es siempre dulce, una vez consumada nos sentimos inferiores a su víctima. Emile M. Cioran


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