Marcelino había intentado por todos los medios que las finales de Copa no mediatizaran los últimos partidos de Liga, pero la realidad es tozuda y se ha demostrado la importancia de las dos grandes citas del torneo del KO.
El Athletic no ha podido mantenerse cerca de los puestos europeos en Liga y, salvo una gran txanpa final, los leones fían su presencia continental a la victoria del día 17 ante el Barca. A todos nos encantaría ver a un equipo que es capaz de mantener sus prestaciones al 100 % y aparcar las dos grandes citas de La Cartuja, pero eso parece reservado solo a unos pocos elegidos, y por ahora, el equipo rojiblanco no figura en ese selecto grupo.
La mentalidad del entrenador es esa y puede que con el tiempo lo consiga. Hasta entonces tendrá que seguir dando golpes encima de la mesa durante las ruedas prensa post partido para calmar su ira, cuando las cosas no salgan bien, y no descargar sobre el micrófono.
No dudo de que los jugadores han salido en cada partido a darlo todo sin pensar en el futuro, pero la oportunidad parece única e inconscientemente no se juega de la misma manera, y sino que se lo pregunten a la Real Sociedad tras el 1-6 ante el Barça. En cualquier caso no creo que este último resultado vaya a afectar a uno u otro de cara a la final.
En un derbi no influye la clasificación, ni tan siquiera el momento de cada uno. Son partidos muy especiales, diferentes a todo. Las dinámicas marcan tendencia y está claro que siempre es mejor llegar con la flechita hacia arriba que hacia abajo, pero nada definitivo. En Liga diez puntos separan a ambos rivales en la tabla y no considero que los leones salgan con desventaja. Ni mucho menos.
-Conclusiones ante el Eibar-
El míster rojiblanco solo sacó una cosa clara del partido del pasado sábado y es ver dónde cometieron los errores sus hombres para que no vuelva a pasar. Algo que se repite como un mantra porque no deja de ser un juego de aciertos y errores. Todos los jugadores fallan, como nosotros fallamos en nuestro día a día, pero eso no quita para que reconozcamos que Unai
López cometió un error grosero, de los que te cuestan el cambio en el descanso y puede que tu sitio en el once de la primera final.
Si miramos el histórico de Marcelino, que en Bilbao es pequeño, vemos que errores de ese tipo (los cometidos por Vencedor) los castigó con su suplencia al siguiente encuentro. No me extrañaría por tanto. Veremos si se repite.
La suplencia del centrocampista donostiarra podría acarrear también la salida de escena de Mikel Vesga. Marcelino utiliza sus cuatros hombres de sala de máquinas en packs de dos. Parecen casi como agua y aceite, que no se pueden mezclar. Vencedor con Dani
García y Unai López con Vesga.
Siguiendo esta teoría, que está por confirmar, Vesga podría perder su sitio en la alineación de la primera final por un error de su compañero. El efecto arrastre le perjudicaría, pero aún restan 10 días, muchos entrenamientos en Lezama y muchas ideas en la cabeza de Marcelino. Lo que decida, que sea para bien.
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