Fundación Beyeler, el gran tesoro suizo


La primera vez que la colección Beyeler se pudo ver en público fue en el Museo Reina Sofía en una histórica exposición inaugurada en marzo de 1989. Era una de las escasas ocasiones en las que en España se pudieron apreciar obras de artistas como Matisse, Monet, Picasso, Mondrian, Klee, Giacometti o Bacon. Eran un centenar de pinturas y esculturas de primer nivel propiedad de Ernst Beyeler que por entonces carecían de una ubicación conjunta y estaban dispersas por museos suizos y alemanes, aunque el prestigioso galerista suizo, junto a su esposa y socia, Hilda Kunz, ya le daba vueltas a la idea de crear un museo.

Considerada como una colección comparable a las de Sonnabend, Panza, Philips y Nasher o Thyssen, Carmen Giménez, la entonces responsable del Reina Sofía ofreció al galerista la posibilidad de que la colección se quedara en el museo. En una entrevista realizada por Fietta Jarque en este periódico, Beyeler acariciaba la idea de un destino español para su colección: “Vine a Madrid y Carmen Giménez (directora del Centro Nacional de Exposiciones) me dijo que por qué no dejaba mi colección en el Centro Reina Sofía. Yo le contesté que tenía ofertas de Zúrich, Basilea, Estados Unidos y Japón. Pero a mí no me interesa que me hagan un monumento, ni que mi nombre esté en la prensa, ni que la colección lleve mi nombre. Luego pensé que debía decidirme mientras estuviera vivo, y la vida es muy corta. Así que le contesté a Carmen: me gusta el Reina Sofía, me gusta el trabajo que están haciendo en él, admiro las exposiciones que se han hecho -sobre todo en tan poco tiempo- y me gusta Madrid. Me gusta España y el hecho de que no esté lejos de Suiza ni tampoco de América. Me gusta todo esto y me gusta también el ambiente, un ambiente que consta también de pequeños detalles como las salas de exposición, los árboles en el exterior, el pequeño parque interior. Y he pensado que es el sitio que me gusta para mis obras”.

La negociación no cuajó, pero la exposición fue un rotundo éxito para el museo español y sirvió para que Hildy y Ernst Beyeler crearan una fundación que desembocó en uno de los museos más bellos de Europa, en la localidad de Riehen, muy cerca de Basilea (Suiza).

Antes de convertirse en un galerista visionario, Ernst Beyeler trabajó en una librería de fondos antiguos propiedad de Oskar Schloss, un judío que había logrado huir desde Alemania hasta Suiza y que había abierto su pequeño negocio en Basilea. A la muerte del librero, en 1945, Beyeler se quedó con un endeudado negocio que terminó transformando en galería de arte en 1952 junto a su mujer. En muchas entrevistas él contó que para la buena marcha del negocio tendrían que cumplir a rajatabla una regla de oro: por cada trabajo vendido, se compraban dos nuevos. Ernst Beyeler viajaba por los principales focos artísticos con posibilidad de negocio (Munich, Stuttgart, Colonia, París, Nueva York) y se personaba en las grandes subastas de Londres con regularidad. En Basilea, Hildy Beyeler controlaba las finanzas de la galería y programaba exposiciones de verano, cada vez más frecuentadas por el mundo del arte.

Como marchantes, los Beyeler tuvieron pocos rivales. Los grandes nombres del siglo XX desfilaron por su galería. Picasso, Monet, Matisse, Léger, Kandinsky, Mondrian, Giacometti, Miró, Calder, Arp, Dubuffet, Rothko, Bacon, Lichtenstein Baselitz formaron parte de su catálogo y, poco a poco, muchas de las obras pasaron a formar parte de su colección personal. En 1970 Ernst Beyeler cofundó, junto con Trudl Bruckner y Balz Hilt, la feria Art Basel, la más prestigiosa del mundo.

En 1982 Beyeler creó la fundación a la que donó su impresionante colección privada, que se encuentra entre las mejores del mundo. Encargó al arquitecto Renzo Piano que diseñase una casa en Riehen, su pueblo natal. Abrió sus puertas en 1997 y el museo se convirtió en visita obligada para los amantes del arte. Ernst Beyeler falleció a los 88 años, el 25 de febrero de 2010, dos años después que su esposa. Su última voluntad fue que cerrase sus puertas la galería y que las obras de su propiedad fuesen vendidas a beneficio de la fundación.

El museo se financia en gran parte con las entradas a la exposición permanente y a las muestras temporales (Edward Hopper hasta el 20 de septiembre y Goya a partir del 10 de octubre). Además recibe subvenciones anuales de los cantones de Basilea-Ciudad y de Basilea-Campiña y de la comuna de Riehen. Los principales socios de la fundación son Bayer AG, Novartis y el banco suizo UBS.


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