Mariana Gómez del Campo, secretaria de Asuntos Internacionales del CEN del PAN, criticó la política exterior del gobierno federal, a la que calificó como inconsistente y reactiva pues, dijo, ha llevado a la descomposición de la relación con Bolivia.
Mariana Gómez del Campo, secretaria de Asuntos Internacionales del CEN del PAN, dijo que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se ha caracterizado por tener un doble discurso, ya que por un lado utiliza la bandera de la no intervención y omite posicionarse sobre temas clave como “la política xenófoba de Trump y la profunda crisis que vive Venezuela”, pero, por otro lado, “toma una postura hasta proactiva en la crisis postelectoral de Bolivia”.
A través de un comunicado, la panista criticó la política exterior del gobierno federal, a la que calificó como inconsistente y reactiva, ya que, dijo, ha llevado a la descomposición de la relación con Bolivia.
Gómez del Campo afirmó que la postura tomada responde más a la ideología del gobierno mexicano que a los principios constitucionales.
“Para millones de mexicanos es lamentable y vergonzoso que el gobierno federal tenga como aliados a los dictadores latinoamericanos perdiendo liderazgo en la región”, sostuvo.
No obstante, afirmó que es muy importante que se respete lo dispuesto en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas referente a la inviolabilidad de la sede de la misión diplomática de México en Bolivia, de los vehículos, correspondencia y agentes diplomáticos, y confío en que las autoridades bolivianas no violarán esa inmunidad como lo ha expresado su Ministerio de Relaciones Exteriores.
Asimismo, consideró que es fundamental establecer un canal de diálogo entre los cancilleres de ambos países “para regresar a un vínculo amistoso basado en la cooperación, como ha sido en los más de 180 años de relaciones diplomáticas.
En el texto, Gómez del Campo recordó que la vicepresidenta de la Organización Demócrata Cristiana de América señaló que “es difícil ignorar que muchos de los actos del gobierno mexicano pueden ser interpretados como injerencistas en la política interna boliviana, que vive un periodo de transición con un gobierno interino que se ha comprometido a convocar elecciones a la brevedad, para restaurar el orden constitucional roto por el fraude electoral de Evo Morales”.
En ese sentido, subrayó, “la administración de López Obrador debe asumir su responsabilidad porque permitió que el expresidente boliviano siguiera atizando la violencia en su país desde territorio mexicano”.
“No caigamos en la trampa de las descalificaciones, que cabe señalar ha sido el sello de la administración de López Obrador, ya que se trata de un tema que debe ser abordado con altura de miras y en el que se debe elevar el debate”, apuntó.