Fútbol, violencia, masculinidad, pobreza: cinco artículos para reflexionar

Fútbol, violencia, masculinidad, pobreza: cinco artículos para reflexionar

El fútbol es ese espectáculo que nos entretiene y divierte, pero también ha sido estudiado con las herramientas de la sociología para intentar conocer o comprender los comportamientos humanos que se manifiestan alrededor de este deporte.

Obviamente los actos violentos tienen un origen multifactorial y responsables concretos, pero aquí te presentamos algunos estudios para reflexionar sobre el momento que vivimos, en particular sobre estas temáticas: fútbol, violencia, masculinidad y pobreza.

Aquí algunas (casi) conclusiones:

-Las barras ordenan y sirven para dar identidad. 

-Las barras suelen usar la violencia para reforzar su identidad y masculinidad.

-La violencia en el fútbol es el reflejo de una sociedad violenta, aunque el nivel de violencia no necesariamente está determinado por el número de homicidios en cada país.

-Las barras pueden ser espacios para reforzar masculinidades violentas (aunque no hay un solo tipo de masculinidad ni todas las masculinidades son violentas). 

-El varios países se ha optado por excluir a las barras (o sus similares) del fútbol profesional, pero también se puede optar por el diálogo y la organización. 

-Medios narran la violencia del futbol para vender y silencian su propia responsabilidad.

Para empezar: ¿qué es una barra, para qué sirve, la violencia en las barras?

Las barras bravas responden a la clasificación de tribus urbanas, hacen sentir a sus integrantes incluidos en una unidad de orden superior. Generan aspectos identitarios que los llevan a defender intereses comunes, estrechar los vínculos entre sí y se convierten en espacio propicio para poner en comunidad rituales y costumbres que con el tiempo van creando condiciones para la confidencialidad y la lealtad.

La violencia en el fútbol no constituiría más que un reflejo de una sociedad violenta.  Los barra bravas se han constituido en un elemento de identidad, de poder, que cohesionan y socializan, en el cual el arma no se oculta, sino se luce para ser temido y admirado.

Barras bravas y tiempos bravos, Manuel Arboccó de los Heros y Jorge O’Brien Arboccó.

 

¿Qué hacer con las barras?:

…Excluir a las nuevas barras de la deseada transformación de la liga mexicana puede traer varios problemas suplementarios de violencia. Además, elegir la represión como vía de acción puede poner a sus miembros en el papel de víctimas (…) O se trabaja con las barras mexicanas o se los excluye de la construcción del fútbol mexicano contemporáneo, como sucedió sí con los hooligans en el fútbol profesional británico. El autor de este documento suscribe a la primera postura, para la cual se apoya en una línea de investigación y reflexión comparativa sobre la cual se seguirá trabajando en diversos escenarios y canales. 

Ritualización y mercantilización de la violencia en el fútbol, Fernando Segura M. Trejo. 

 

Construyendo la masculinidad: fútbol, violencia e identidad

No podemos afirmar, en consecuencia, la existencia de una masculinidad monolítica, universal y enteramente inmutable. Ni siquiera podemos definir hoy en día una masculinidad hegemónica pura, pero sí podemos observar que aún existen espacios donde los rasgos propios y característicos que definen esa masculinidad y los arquetipos que de ella prenden tienen lugar en el fútbol como fenómeno social, cultural, político, económico e identitario. Si existen grupos, clases o fracciones de clases que están intentando romper esta forma de definir la masculinidad en el mundo del fútbol, es un fenómeno que está por ver. Lo que sí es claro es que la cultura futbolística mantiene fuertes vínculos con las ideologías de la masculinidad más clásicas. 

Construyendo la masculinidad: fútbol, violencia e identidad, Antonio Martín Cabello y Almudena García Manso.

 

El aguante

Si existe un denominador común en los núcleos más duros de las hinchadas argentinas este se ha referido, por un lado, al componente de masculinidad exacerbada en la cultura del “aguante”. El hecho de ser y sobre todo demostrar que uno es “macho”, esto quiere decir, entre otras cosas, que en los momentos de tensión y combate con el adversario uno “se planta”, se para y hace frente al peligro, a la hinchada enemiga que se acerca o incluso a la policía; que uno siempre sigue al equipo en las buenas y en las malas y que el honor y el prestigio de la hinchada se resuelven a los golpes.

Ritualización y mercantilización de la violencia en el fútbol: elementos comunes y diferencias entre las barras de Argentina y México, Fernando Segura Millán Trejo.

 

 

La forma de narrar la violencia

La presencia de grupos organizados de jóvenes populares, ha generado un tipo de pánico e inseguridad, aprovechado por los medios por su capacidad de captar la atención de audiencias y así vender (…) Cuando los medios de comunicación, las autoridades y otros sectores sociales discuten el fenómeno de la violencia en el fútbol silencian su propio involucramiento, generalizan los términos del debate, refuerzan los estereotipos y naturalizan comportamientos que son, en realidad, de alcance social y cultural.

No hay una relación mecánica entre la violencia social de un país y la violencia reinante en su fútbol (…) nuestras investigaciones indican que Argentina y Brasil cuentan con algunas centenas de víctimas fatales mientras que la estadística acumulada de Costa Rica y México no llegan a las dos cifras. Lo que queremos decir es que nada indica que una sociedad violenta, como la situación mexicana actual, lleve necesariamente a un fútbol violento. Queda a las claras que entre la violencia social y la violencia en el fútbol existe una relación de autonomía relativa, es decir, hay condicionamientos más no determinación.

Hinchadas y barras de fútbol en la América Latina contemporánea, Roger Magazine y otros

 

Mención honorífica:

Las barras, una forma de organizar el desmadre, Ricardo Duarte Bajaña.

 

*Los artículos elegidos tienen la formalidad del mundo académico y aquí se hizo una selección de sus principales argumentos. No son citas académicas.


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