Al menos 16 muertos, 59 heridos y 25 de ellos hospitalizados dejo como saldo el ataque de milicias rusas hacia un centro comercial ucraniano en la región de Kremenchuk este lunes pasado. La ciudad contaba con 220.000 habitantes antes del conflicto bélico y durante la cumbre anual del G7 en Alemania, los dirigentes calificaron como “crimen de guerra” este hecho.
“Los ataques indiscriminados contra civiles inocentes constituyen un crimen de guerra”, expresaron los líderes de las siete grandes potencias en una declaración que “condena de manera solemne el ataque abominable” y prometieron que Vladimir Putin deberá “rendir cuentas”.
El G7 también se comprometió en apoyar a Ucrania durante la reunión virtual que se realizó en presencia del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y horas antes del impacto por parte de misiles disparados por bombarderos rusos de largo alcance Tu-22M3.
De igual forma, el mandatario ucraniano utilizó sus redes sociales para compartir un video sobre el centro comercial en llamas y aseguró que el centro comercial no representaba “peligro” para Rusia, pues no tenía “ningún valor estratégico”.
Los equipos de rescate informaron que tras el último conteo de víctimas, se continúan con los trabajos de emergencia y remoción de escombros para buscar a sobrevivientes. Cabe destacar que se presume que en el interior del centro comercial se encontraban aproximadamente un millar de personas.
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