José María García no ha visto Reyes de la noche, no le ha gustado nada y no quería hablar de ella, pero habló. Esta serie de contradicciones se dieron por obra y gracia de Mercedes Milá en el estreno de Milá vs Milá, un formato estupendo que une a la periodista con algunos de sus entrevistados más conocidos para repasar sus encuentros pasados. A José Ramón de la Morena tampoco le gustó, lo contó al poco de estrenarse. Normal que ninguno de los dos disfrute de una ficción que se inspira en su rivalidad para a partir de ahí fabularlo todo: no la protagonizan ellos, sino unos personajes inventados de un cuento diferente al suyo.
Lo peculiar de la confesión de García fue la réplica de Milá, que dijo haber disfrutado de la serie y reconocer en ella al que llamó su amigo. Ambos se escudaron en el talento innegable de Javier Gutiérrez, pero García se quedó preocupado. “Me incomoda que te haya gustado”. Cómo nos ven, cómo nos vemos y qué podemos hacer para cambiar la imagen que damos. Por un momento el programa pasó de Milá vs Milá a García vs García.
Gutiérrez quedó limpio de polvo y paja, no así los creadores de la serie, Cristóbal Garrido y Adolfo Valor. García se quejó de que pusieran al personaje que se basa en él ―pero no es él— bebiendo alcohol cuando él es abstemio, y los acusó de no haber pisado una redacción. Reyes de la noche está cancelada, a pesar de que audiencias menores que las suyas le dieron la renovación a otras series similares. Me imagino a sus guionistas pensando en una de las frases clásicas de García: “Lo peor no es perder, es la cara de gilipollas que se te queda”.
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