Ni de día, ni de noche. Ni contra el Madrid, ni contra el Sevilla. El fútbol en San
Mamés sin aficionados en las gradas no es fútbol. El ambiente deja mucho que desear, aunque los puntos en juego valgan lo mismo con el estadio vacío o lleno.
El Athletic tuvo esta vez más calor humano a su llegada en los dos buses correspondientes al campo. Cerca de 30 personas, bastantes más que el día del la visita de los merengues y el resto de los rivales que han pasado por Bilbao desde la reanudación del campeonato. Los rojiblancos jugándose la posibilidad de dormir en Europa y los alrededores de San
Mamés irreconocibles.
Los presidentes de ambos clubes tuvieron la oportunidad de charlar largo tiempo a ras de césped mientras los jugadores de uno y otro bando calentaban. Buen rollo entre Elizegi y Castro. La música de la megafonía, mientras tanto sonando a todo volumen.
El ritual típico de los últimos tiempos, en cualquier caso, se repitió en San
Mamés. La llamada a base de txalaparta con irrintzi incluidos. Un toque de distinción que culminó dentro con el himno del Athletic, como mandan los cánones, y cohetes con el gol de Capa.
El eco de San
Mamés multiplicó hasta límites considerables las reacciones de alegría y las protestas
Lo que también se escuchó en cada lance con remate a portería, falta o decisión arbitral dudosa fue los gritos y reclamos de los respectivos suplentes de uno y otro conjunto. El eco de San
Mamés multiplicó hasta límites considerables las reacciones de alegría y las protestas. Tanto casi como la propia narración de los locutores de radio ubicados en la tribuna de prensa.
El día del míster
Garitano cumplía ayer 45 años. Nadie pareció percatarse de la efemérides hasta primera hora de la tarde. El Athletic, entonces sí, reaccionó y recordó vía redes sociales una fecha que había pasado desapercibida hasta entonces fuera de Lezama.
No era el día adecuado, en cualquier caso, para celebraciones. Al menos de partida. A las 22 horas aguardaba un envite en San
Mamés muy importante para las aspiraciones europeas del equipo bilbaíno. Ganar suponía dormir en la séptima plaza.
El Sevilla se vuelve a cruzar en las aspiraciones europeas del Athletic
El Sevilla ya se había encargado la temporada pasada de dinamitar las ilusiones rojiblancas. Primero en la Copa. Meses más tarde, en el cierre de campaña, en la Liga.
Los leones dijeron agur al torneo del KO a primeros de 2018. El 1-3 de San
Mamés en la ida fue una losa imposible de levantar para un Athletic que entonces empezaba a salir de la zona de abajo de la tabla. Guruzeta, así y todo, firmó el triunfo por la mínima (0-1) en la vuelta.
La siguiente visita al Pizjuán resultó más dolorosa. A los leones les bastaba con empatar para ir a Europa. El equipo de Caparrós se puso por delante y remató la faena tras un balón al larguero de Iñigo
Martínez. El primer partido de 2020 para los leones también tuvo lugar en el Pizjuán. 1-1 aquel 3 de enero. Ayer, en cambio, estaban en juego objetivos mucho más definidos para ambos. El resto de lo sucedido anoche en San
Mamés ya es historia.
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