Gerard Moreno fue el intento de Luis Enrique para revolucionar el ataque de la selección española, que sumó un nuevo empate y se complica la vida en esta Eurocopa 2020. Después de quedarse sin ver puerta en el debut contra Suecia, el delantero del Villarreal era la gran novedad que introdujo el técnico asturiano para el duelo contra Polonia. El catalán entró como titular en el lugar de Ferran Torres, pero el plan de Lucho se quedó a medias.
Gerard, máximo goleador español de la temporada con 23 dianas, debía dinamizar el ataque de una Roja que no había sabido derribar el muro sueco en el estreno en el torneo y lo consiguió. Desde buen principio se mostró voluntarioso y con ganas de generar desequilibrios desde el costado derecho, ya fuese combinando o marchándose individualmente de su marcador. De hecho, una internada suya desembocó en el gol de España. Intentó disparar a puerta con su zurda, pero le pegó mordido y el tiro se convirtió en una asistencia perfecta para que Morata abriera la lata y silenciara los pitos que se llevó en el primer partido. Al menos de forma momentánea.
Todo parecía ir sobre ruedas hasta que la Selección decidió complicarse la vida. Lewandowski empató y los nervios se apoderaron de la Roja. No obstante, la solución pudo llegar desde el punto fatídico. Gerard fue objeto de penalti en un claro pisotón de Moder y brindó la opción de desencallar el encuentro. El delantero catalán asumió la responsabilidad, pero apuró demasiado su lanzamiento y estrelló el balón contra la madera.
Gerard justificó su titularidad completando un buen partido, aunque el resultado y su penalti fallado ensombrezcan su presencia en el campo.
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