La Real se va de Europa con la duda de si pudo hacer más. Desde el debut en Rijeka, el viaje continental ha sido una constante cuesta arriba. Cada partido, un combate librado a vida o muerte, sin poder ceder un centímetro para no terminar despeñados. Lo que terminó ocurriendo en Turín, ante el United, cuando la entidad del adversario se elevó prácticamente al máximo nivel. Esa sensación incompleta que ha acompañado al equipo en todo su trayecto europeo se agigantó ayer en Old Trafford. No debe de haber algo mucho peor que, el día en el que llegas a uno de los templos del fútbol mundial, tener que jugar sin espectadores y desahuciado como consecuencia de un marcador despiadado en la ida.
Cuando se apagaron las luces en el ‘Teatro de los sueños’ alguien tuvo que gritar ‘Gero arte!’. Es poco probable que el destino vuelva a emparejar a Real y a Manchester a corto plazo en una competición continental pero lo mismo pensaban los 6.000 de 2013 cuando, sin tiempo a sentarse en su asiento, Iñigo
Martínez ya le había marcado en propia puerta el 1-0 a Claudio
Bravo. No fue lo mismo, pero algo similar debieron sentir ayer cuando Oyarzabal falló el penalti. Un gol con poco peso en el destino de la eliminatoria pero que al menos habría permitido a la Real disfrutar de la sensación de ir ganando un partido de la Europa
League. Y ante el United en Old
Trafford. Sólo en los minutos finales frente al AZ lo ha experimentado en esta edición de la Europa
League. Siempre remando en dirección contraria.
Cuando hoy despegue el avión desde el imponente aeropuerto de Manchester, alguien gritará “¡Volveremos!”. A Inglaterra o a cualquier otro destino en el viejo continente. Porque la sensación de obra inacabada es palmaria. La Real ha estado muy lejos del Manchester
United en la eliminatoria y sufrió mucho, sin ir más lejos, ante ese Nápoles que ahora parece vulgar en manos del Granada. Por eso la duda sobre si se pudo hacer algo más es razonable. De que tenía fútbol para algo más.
No habrá que esperar demasiado para saldarla. La Real tiene potencial y recursos para volver a clasificarse para Europa esta misma temporada y su punto de partida a falta de 14 partidos es inmejorable. El impacto de caer eliminado es grande, porque duele, pero el gran crecimiento de esta Real se mide en su capacidad de absorción de golpes de esta índole para seguir compitiendo al más alto nivel, convencida de que, más temprano que tarde, volverá a Old Trafford.
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