Diego Godín ha sido uno tres de los refuerzos de Velez. La leyenda del Atlético de Madrid dejó el Atlético Mineiro tras sólo unos meses en Brasil (con rescisión del contrato aprobada por ambas partes) para aceptar la propuesta del Fortín, que vio en él a un futbolista ideal para llegar lejos en la competición continental y reconducir la marcha en el torneo local.
No lo dudó el central uruguayo, que quiso ponerse a las órdenes de Alexander Medina con la esperanza de tener más protagonismo en Brasil, donde fue de más a menos, y sobre todo, para llegar en las mejores condiciones física posibles al Mundial de Catar que arranca en noviembre.
El fichaje de Godín se dio con una eliminatoria en el horizonte para la que Velez ya quería contar con él. La de los octavos de final de la Libertadores ante River Plate de Marcelo Gallardo. En la madrugada del pasado jueves se disputó el choque de ida. Y pese a que su deseo era estar sobre el terreno de juego, el Faraón no pudo debutar. Y tampoco pudo jugar la pasada noche ante Atlético Tucumán. El motivo, el mismo: una tendinitis.
El jueves,la vuelta
Tras ganar a River por la mínima (1-0), Velez cayó en casa en la sexta jornada, en un encuentro en el que Medina dio muestras de que lo que más importa en el José Amalfitani es la eliminatoria de la Libertadores.
Y en la madrugada del jueves se disputará la vuelta. Godín trabaja intensamente para poder debutar en ese vital partido para los suyos, que tratarán de mantener la renta lograda en la ida en un escenario de lujo que el central ya conoce tras jugar en varias ocasiones ahí con la selección uruguaya: el Monumental.