El Día de Navidad de la NBA tenía lo mejor reservado para el final. Un final apoteósico, emocional, descomunal. En la prórroga del excitante Denver Nuggets – Phoenix Suns (128-125) Aaron Gordon decidió rematar la jornada navideña y a los Suns con un vuelo majestuoso sobre Landry Shamet que arrasó el aro y sumió en el éxtasis a la multitud. Eclipsando todo lo anterior, hasta el matazo de Tatum en la cara de Antetokounmpo, hasta una nueva sinfonía de Nikola Jokic, 41 puntos, 15 rebotes y 15 asistencias, nunca un triple-doble el Día de Navidad con semejante anotación. El serbio recordó, que, aunque ya tenga dos MVP, va a por el tercero.
Los Suns quedaron en buen lugar y, a la vez, en mala posición. Compitió hasta el final sobreponiéndose a la retirada a los cuatro minutos de Devin Booker, a quienes le pudieron más las ganas que la realidad. La magia navideña no hizo su efecto y, por mucho que el base-escolta quisiera hacer coincidir su vuelta tras tres partidos en tan señalado día, su lesión en la ingle le llevó la contraria. Sin embargo, los de Monty Williams ya suman tres derrotas seguidas y 7 ya en los últimos 10 partidos, cuarto ahora en el Oeste con 19-14.
En ausencia de Booker, una actuación tan magistral como conmovedora de Chris Paul, quien a sus 37 años -debe ser el ansia por el anillo-, todavía tiene fuerzas y ganas de dar lecciones de baloncesto, 16 asistencias sin ninguna pérdida, además de 17 puntos, con un 6/17 en tiros que no empañó su tremenda exhibición en la dirección. La anotación ya corrió a cargo de otros, sobre todo de un fabuloso Landry Shamet desde el perímetro, con 31 puntos tras un 7/17 en triples, y de Deandre Ayton, con 22 tantos (9/18 en lanzamientos).
Pero pudieron más Jokic y su tropa, con un 16/25 en tiros para el serbio, y con 28 puntos de Gordon -además de 13 rebotes-, y 26 para Jamal Murray. Los Suns ganaban de 13 mediado el tercer cuarto pero los 14 tantos sobre todo de Murray en el último cuarto propiciaron la reacción de los Nuggets, que se ponen líderes, algo relativo en el Oeste dada la tremenda igualdad que hay, con 20-11 los de Michael Malone, con 20-12 Pelicans -segundos-, y Grizzlies -terceros-.
El propio Murray fue el que empató a falta de 11 segundos (113-113) sin poder conectar el triple de la victoria tras el triple de Mikal Bridges. Ya lo iba a rematar, con ese apasionado e impactante mate, Aaron Gordon.