9.00 Café sueco y kanelbulle
En las (cuando menos) frescas mañanas escandinavas es buena idea empezar el día en uno de los tantos cafés de Malmö. Lilla Kafferosteriet (1) es el lugar para probar los kanelbulle o bollos de canela suecos. Ojo: muchas tiendas solo aceptan pagos con tarjetas de crédito. Ahora sí, a pasear por el casco antiguo, fundado en siglo XIII. La Stortorget (2), o plaza Mayor, está a cinco minutos andando desde la estación central de trenes y autobuses. Allí comienza la principal calle comercial de la ciudad, Södergatan (3) —para organizar bien el día hay que tener claro que las tiendas cierran alrededor de las seis de la tarde—. A cien metros está Lilla Torg (4), una plaza más pequeña, coqueta y muy animada. En el centro también se erige la iglesia de San Pedro (5), que en 2019 cumple 700 años.
11.00 Paseo entre tumbas y libros
Al final de Södergatan, el visitante se topará en medio de la ciudad con el antiguo cementerio de Malmö (6). Verá a la gente atravesarlo en bicicleta o con su perro, aunque no está permitido. A metros de allí encontrará la Biblioteca de Malmö (7), cuyo edificio más moderno fue proyectado por el arquitecto danés Henning Larsen. El acceso es libre y allí uno puede tomar cualquier libro —los hay en mucho idiomas— y sentarse a leer frente a un enorme ventanal. ¿Por qué no alquilar una bicicleta para seguir el recorrido? Aunque el tiempo puede ser cambiante, no hay que dejarse amedrentar por la lluvia (¡los locales no lo hacen!). La tarjeta Malmö by Bike tiene dos opciones: alquiler por 24 o 48 horas, por 80 o 165 coronas suecas (unos 7,50 o 15,30 euros), respectivamente.
13.00 Dos barrios
Malmö fue una importante ciudad industrial del norte de Europa hasta la década de 1970 y resurgió, entre otras cosas, gracias a la inauguración en el año 2000 del gran puente de Oresund, un proyecto mastodóntico del arquitecto danés George K. S. Rotne y la firma de ingeniería COWI que conectó Malmö con Copenhague, Suecia con Dinamarca, en una combinación de puente, isla artificial y túnel submarino. Más de 20.000 vehículos lo utilizan a diario y, sumando los pasajeros de los trenes, más de 230 millones de personas lo han cruzado desde su inauguración. Las mejores vistas del puente se tienen desde Västra Hamnen (8), un antiguo puerto industrial reconvertido en el barrio más moderno y sostenible de Malmö, con tiendas y restaurantes. Allí se encuentra también el Turning Torso (9) (Lilla Varvsgatan, 14), un esbelto rascacielos proyectado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava que gira sobre sí mismo. Es el edificio residencial más alto de Escandinavia (190 metros), pero lamentablemente no cuenta con mirador de acceso libre (solo entre julio y agosto se organizan visitas puntuales del interior por 18 euros).
Otro barrio para visitar a la hora del almuerzo es el multiétnico Möllevangen o Möllan (10). Allí encontrará el ecléctico Folkets Park (11), que reúne un parque de atracciones, lugares para conciertos, restaurantes y hasta un pequeño zoo.
15.00 Fikka en un huerto orgánico
Desde allí es fácil llegar al Slottsträdgarden (12), un huerto cooperativo con un pequeño restaurante en el interior de un invernadero. Es un buen momento para hacer lo que en Suecia llaman fikka, una pausa para un dulce y un café. Los suecos son unos de los mayores consumidores de esta bebida en el mundo (un ranking que encabeza por cierto un país nórdico: Finlandia), y lo beben suave y en tazas grandes. Una sugerencia para acompañarlo: las chokladboll o bolas de chocolate. Cerca del Slottsträdgarden se encuentra el complejo de museos de Malmöhus (13), el castillo de Malmö. En el edificio renacentista se exhibe, entre otras cosas, uno de los pocos autobuses blancos que se conservan, los vehículos que usó la Cruz Roja sueca para rescatar a prisioneros de los campos de concentración nazi a finales de la Segunda Guerra Mundial. Otro museo interesante en la ciudad es el Moderna Museet (14), de arte contemporáneo, que tiene entrada gratuita y está al otro lado del centro histórico.
17.00 Playas escandinavas y sauna
Malmö cuenta con varias zonas de baño a un paso del centro. La mejor opción es visitarlas en los meses de verano, cuando la temperatura del agua del mar Báltico puede alcanzar los 20 grados. Son la playa de Ribersborg (15), de arena y aguas poco profundas, y dos zonas con plataformas de madera y aguas profundas para nadar en Västra Hamnen: Scaniabadet (16) y Sundspromenaden (17). En Ribersborg hay una casa de baño del siglo XIX con saunas para hombres y para mujeres con piscinas naturales donde está permitido bañarse desnudo todo el año.
20.00 Petanca y cerveza
La nueva gastronomía nórdica ha tomado impulso en los últimos años y apuesta por volver a las raíces de las recetas escandinavas. ¡Vale la pena probarla! El restaurante Riket (18) ofrece platos elaborados con productos locales y de estación y una importante carta de vinos (abre de martes a sábados). Far i Hatten (19) reúne en su menú una gran variedad de pizzas y cócteles (de martes a domingos). La propuesta más divertida para acabar el recorrido por Malmö la tiene Boulebar (20), antiguas caballerizas donde ahora se puede jugar a la petanca y beber cerveza. Eso sí, la cerveza en Suecia es cara: lo normal es que el precio varíe entre cinco y nueve euros.
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