La primera carrera en tres meses de Marc Márquez en Motorland Aragón duró tres curvas. Tres minutos después de que se apagara el semáforo verde estaba de vuelta al pitlane con la moto perdiendo piezas y retirándose sin poder cumplir ni la primera vuelta. Pero durante un minuto el Mundial de MotoGP recuperó al Marc Márquez de siempre, el que se la juega remontando en la salida para zafarse con los de arriba, el perejil de todas las salsas.
No engañó a nadie Marc con sus declaraciones del sábado. “Veremos si intentamos hacer una buena salida y coger un ritmo aceptable para estar con gente en la carrera, para que sea más entretenida”. Aprovechó que Brad Binder que le precedía en la cuarta línea de parrilla le fue mostrando el camino en la salida y ambos progresaron como centellas por la parte derecha. Estaba bien colocado en la sexta plaza del grupo cuando en la curva 3 llegó un incidente que ni buscó él, ni buscó el gran damnificado, Fabio Quartararo. Fue un puro lance de carrera.
El francés quedó automáticamente fuera, Marc duró cinco curvas más hasta que se le bloqueó la moto y desgraciadamente se vio implicado en otro incidente con su compañero de marca Nakagami que se lo encontró de sopetón desacelerando por culpa de su avería. Perdiendo piezas fue llegando de vuelta al carril de boxes hasta aparcar su Honda delante del box.
Poco que analizar más allá de las ganas que le puso en ese inicio, no se esperaba menos de él, era su momento antes de que la fatiga muscular hubiera decidido donde debía colocarse en esta carrera y a consumir vueltas. Lo único positivo es que llegará más fresco a Motegi.