“Hubo un momento en el que teníamos todos los puntos, y al siguiente, ninguno”. Esta frase de Lewis Hamilton es el resumen de una carrera absolutamente loca. Verstappen, cómodo líder, había abandonado por un pinchazo previo que originó una bandera roja. Ello le entregaba la primera plaza a Checo Pérez y la segunda a Lewis Hamilton. Pero la carrera iba a decidirse de la forma más espectacular: con una salida en parado para un final de solo dos vueltas. Así, Pérez y Hamilton se veían las caras en la salida final. La batalla iba a ser encarnizada. Y cuando las luces rojas del semáforo se apagaron, los dos pilotos se pusieron en paralelo, con Hamilton cogiendo el interior. Parecía que Lewis iba a llevarse de forma sorprendente una carrera que poco antes parecía que tenía absolutamente perdida. Pero en ese momento llegó la enésima sorpresa del día: Hamilton se iba largo en la curva 1 y tiraba por la borda sus posibilidad de victoria y de meterle un buen golpe en forma de puntos a Verstappen en el Mundial.
“Es difícil de explicar, pero después de la salida le he dado a un interruptor. No sabía ni que le había dado según avanzaba y no me han funcionado los frenos. Así que me he ido recto”, reveló el inglés al respecto de su arriesgada maniobra ante los micrófonos de ‘DAZN F1’, después de felicitar a Pérez en el corralito de medios.
“Siento dolor, mucho dolor, porque además he perdido a un amigo esta mañana, a uno de mis amigos cercanos, así que quería conseguir un buen resultado por él. Pero estas experiencias te enseñan”, agregó el británico.
“Pedí perdón al equipo porque han trabajado muy duro. Hubo un momento en el que teníamos todos los puntos, y al siguiente, ninguno. Es difícil pero volveremos más fuertes”, concluyó.
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