La parrilla está tan apretada que, al más mínimo error, puedes quedarte fuera de la Q3. Eso le sucedió a Carlos Sainz. El español ya avisaba el jueves que en un circuito tan complicado como el de Imola iba a sufrir mucho más que en Bahrein al tratarse del primer trazado en el que iba a rodar con el SF21 al margen del de Sakhir, donde pudo llegar más preparado al haber realizado los test de pretemporada allí. No parecía que iba a afectarle este hecho, a juzgar de su ritmo en entrenamientos libres. Pero en una clasificación tremendamente igualada, el español, que se la jugaba en su segundo intento de Q2 a una sola carta, no pudo firmar un buen segundo sector y terminó quedándose fuera de su gran objetivo, el de Q3.
Para un piloto que cambia de equipo, lo más difícil es encontrar las décimas extra de clasificación y exprimir al máximo su coche nuevo para sacarle todo el jugo, el potencial puro. Sobre todo, lo es más cuando solo has competido en una carrera con ese coche y llegas a un trazado tan difícil como el de Imola, que no permite errores. Ello se le notó a Vettel, por ejemplo, que terminó 13º mientras que su compañero Stroll fue 10º en Q2. También a Ricciardo, que pasó a Q3 siendo 8º mientras Norris era segundo. O a ‘Checo’ Pérez, que no se atrevió a poner la goma media como sí hizo Verstappen para pasar a la siguiente ronda de ‘qualy’. También le pasó a Fernando Alonso, que fue 15º mientras su compañero Ocon se metía en Q3 en la octava plaza provisional.
A Carlos le ocurrió exactamente eso
, fruto de su menor experiencia con su nueva máquina. Y es que en Imola, como en otros trazados ratoneros, la confianza y sintonía entre piloto y coche deben ser máximas. Algo que Carlos todavía no puede conseguir debido a que se encuentra en pleno proceso de adaptación. Así el madrileño terminó a 0”483 de la cabeza, a solo 61 milésimas de pasar a Q3, y deberá buscar la remontada en un circuito en el que es muy difícil adelantar. Para ello, contará con mejor estrategia que sus rivales directos que saldrán desde el Top-10, puesto que tendrá libre elección de goma mientras que los coches que tendrá delante saldrán con el neumático blando, con peor estrategia.
Qué decir de Fernando Alonso, que con un coche menos competitivo que el Ferrari, el Alpine, quería estar entre los 10 mejores, pero solo pudo ser 15º al terminar a 0”887 de la cabeza y a 4 décimas del tiempo de corte. El ovetense intentará buscar este domingo una remontada muy compleja.
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