Gran Hermano, el experimento social marcado por la polémica

Gran Hermano es uno de los espacios televisivos que más éxito ha registrado en sus datos de audiencia a lo largo de toda su historia. Un total de 18 ediciones han hecho empatizar a los telespectadores con los diferentes concursantes que han pasado por la casa de Guadalix de la Sierra. Sin embargo, su última entrega emitida en 2017 fue todo un escándalo que acabó por paralizar, después de muchos años, la emisión del formato.

José María López, uno de los participantes del reality, cruzó la línea de las normas éticas y, en la madrugada del 4 de noviembre de 2017, tras una fiesta celebrada en la casa, aprovechó que su compañera Carlota Prado se encontraba bajo los efectos del alcohol para cometer actos sexuales sin su consentimiento. Su comportamiento quedó completamente grabado por las cámaras del concurso, lo cual ha servido de prueba para valorar los abusos sexuales de cara al juicio al que ha sido citado. La celebración del mismo ya ha dictado sentencia y la jueza de los Penal número 18 de Madrid ha decidido condenar al que fue concursante del Gran Hermano a 15 meses de prisión por un delito de abusos sexuales.

La sentencia también ha condenado a la productora del programa, en este caso Zeppelin TV, como responsable civil subsidiario. Además de la pena de cárcel,  José María deberá pagar 6.000 euros a la víctimas por los daños causados y la productora otros 1.000 euros por enseñarle el video donde se veían explícitamente los abusos a los que fue sometida sin ser consciente. Por otro lado, el acusado deberá respetar una orden de alejamiento durante más de cuatro años que le imposibilitará estar a ciertos metros de la que fue su compañera de concurso.

Sin duda, esta condena por abusos sexuales marcó por completo la imagen del icónico reality de televisión, aunque no ha sido la única a lo largo de su historia. El primer caso de violencia machista lo protagonizó Carlos Navarro, conocido como El Yoyas. Participó durante la segunda edición del concurso y su salida del programa fue obligada por la organización del formato tras mostrar un agresivo comportamiento con Fayna Bethencourt, la chica que conoció en el concurso y con la que comenzó a tener una relación sentimental entre las paredes de la casa de Guadalix.

El yoyas y Fayna Bethencourt en Madrid. 2001/ Gtres
El yoyas y Fayna Bethencourt en Madrid. 2001/ Gtres

A pesar de que las cámaras captaron insultos e incluso algún que otro tirón de pelo, Fayna decidió continuar con su relación sentimental con Carlos a su salida del concurso, algo que, finalmente, no acabó como esperaba. Tal y como ella misma ha confesado en una entrevista en el canal de Youtube A la que salta, durante 16 años compartió su vida con una persona que se convirtió en su torturador. «Me apretó tanto la mano que se me saltaron las lágrimas. Esa fue la primera vez que me hizo daño físicamente… El daño psicológico ya había empezado y no me había dado cuenta», detallaba.

Aunque las agresiones y los golpes fueron a más, tuvieron dos hijos en común, pero eso lo empeoró todo. No fue hasta el pasado 2020 cuando El Yoyas fue condenado por el Juzgado de lo Penal Número 5 de Las Palmas de Gran Canaria a cinco años y ocho meses de prisión por un delito de maltrato habitual, además de la indemnización de 12.000 euros que debe pagar a Fayna y la orden de alejamiento que tiene interpuesta contra su exmujer y sus hijos. Desde ese momento, el exconcursante se fugó y sigue estando en busca y captura, siendo su paradero un completo misterio. «En la calle ahora mismo se encuentra mi torturador, mi maltratador condenado, prófugo», expresa Fayna.

Carlos Navarro
Carlos Navarro » El Yoyas » durante la presentación de la obra de teatro «The Hole Zero» en Barcelona. 2017/ Gtres

Sin duda, estos son los dos casos más polémicos que más han señalado el experimento social de Gran Hermano, aunque durante la convivencia de sus diferentes ediciones, también se han producido varias expulsiones disciplinarias por algún que otro comportamiento violento entre concursantes. Recordemos el mítico vaso de agua que tiró Indhira a Carolina en la edición número 11 del concurso o la agresiva forma de hablar de Bea la Legionaria a Melania durante la edición especial Gran Hermano El Reencuentro. Lo mismo ocurrió en 2011 con Chari y Rubén cuando tuvieron que finalizar su concurso inmediatamente tras protagonizar una fuerte discusión que llegó incluso a las manos.


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