Rodrigo Chaves, candidato a la presidencia de Costa Rica, el pasado 6 de febrero.

Grupos de mujeres rechazan en Costa Rica al candidato Rodrigo Chaves, señalado por acoso sexual

Rodrigo Chaves, candidato a la presidencia de Costa Rica, el pasado 6 de febrero.
Rodrigo Chaves, candidato a la presidencia de Costa Rica, el pasado 6 de febrero.RANDALL CAMPOS (AFP)

En 2020, la Asamblea de Costa Rica tipificó como delito el acoso callejero. Silbidos, palabras o incluso gestos con connotación sexual son castigados con multas o cárcel. La decisión fue vista entonces como un paso importante para frenar la violencia de género. Dos años después, los grupos feministas dicen que gran parte de la población todavía no entiende la gravedad del acoso sexual ni le importa proteger a las mujeres. Lo dicen porque Rodrigo Chaves, a pesar de haber sido señalado por acoso, está cerca de alcanzar la presidencia. Fue una sorpresa electoral y una muestra de que la violencia de género sigue sin ser un tema principal en el debate político del país centroamericano.

Chaves, candidato del movimiento Progreso Social Democrático, fue sancionado por el Banco Mundial por hacer “insinuaciones sexuales” y llevar “un patrón de comportamiento inapropiado”. Su mala conducta le costó una sanción en 2019, que terminó en su salida del organismo. “Que Chaves esté cerca de llegar a la presidencia del país es el reflejo de una sociedad que todavía no trata a la violencia sexual con la seriedad que amerita”, dice por teléfono Larissa Arroyo Navarrete, abogada costarricense experta en derechos humanos y de género. “Es preocupante que alguien con esos antecedentes sea el presidente. ¿Cuál será el rumbo de Costa Rica en materia de derechos humanos? ”, cuestiona la abogada.

Chaves era un “conocido acosador” dentro del Banco Mundial, según un testimonio recogido por el mismo organismo en el informe que le costó la sanción. Según reveló en 2021 The Wall Street Journal , el comportamiento del aspirante a la presidencia siguió un patrón de hostigamiento que duró al menos cuatro años e involucró a mujeres menores que él. El candidato ha minimizado las denuncias diciendo que los actos que se le reprocha solo fueron “bromas”. “Yo no digo que no cometí errores, pero no era mi intención. Eso es muy tico [los comportamientos por los que el banco le sancionó]. “Así somos los ticos”, dijo a inicios de este mes. Su defensa ha sido decir que los “chistes” con connotación sexual son parte de la cultura de los costarricenses. “Es desalentador darse cuenta de que para un gran grupo de la población ese comportamiento no tiene peso a la hora de votar, es frustrante saber que, a pesar de que llevamos años haciendo un esfuerzo para hablar de la violencia de género, es aceptado e incluso aplaudido el comportamiento de un hombre que tiene un discurso abiertamente misógino”, dice Sofía Álvarez, del colectivo feminista Acción Respeto.

El enfrentamiento, cuyo escenario ha sido Twitter, entre los grupos de derechos humanos y el candidato ha escalado tras la revelación del diario nacional Extra de los extractos de una sentencia del juicio de divorcio del economista con su primera esposa. En varios textos, sobre los que todavía Chaves no confirma su autoría, el candidato se refiere a las mujeres con desprecio. “El hombre exige menos de lo que merece, la mujer merece menos de lo que exige” o “la mujer es el animal de pelo largo, pero de inteligencia corta”, son algunos de los mensajes que se han vuelto virales en redes sociales.

El candidato ha dicho que la publicación hace parte de una campaña sucia y, a inicios de febrero, difundió una carta en la que insinuaba que estaban usando a las mujeres con fines electorales. Sin decir mucho más, pedía perdón por las “incomodidades” que causaron los actos por los que fue suspendido del Banco Mundial. Para los grupos feministas, sus excusas no han sido suficientes. “El candidato ha empoderado a ese sector de la sociedad que cree que la mujer tiene menos valor. Los vemos en redes sociales, los mensajes son violentos y están respaldados por el discurso de un hombre que aspira a ser presidente”, dice Sofía Álvarez. “Ha sido un golpe el resultado de la primera vuelta, fue una bofetada para las mujeres darnos cuenta de que, aunque lo sabíamos, el país no nos escucha. La sociedad ignora las violencias que sufrimos las mujeres poniendo a un candidato como Chaves, contra el que no solo están las acusaciones que se hicieron por parte de subalternas”.

El economista, que tras su salida del Banco Mundial estuvo un corto periodo como ministro de la anterior presidencia, se ha ubicado en las últimas semanas como el favorito para ganar las elecciones del próximo 3 de abril. Según una encuesta de Opol Consultores, de la primera semana de febrero —la única publicada hasta el momento desde la primera vuelta—, a Chaves lo apoya el 49% de los votantes, frente a su rival José María Figueres del Partido Liberación Nacional, que obtendría el 33% de los votos. “La candidatura de Rodrigo Chaves a la presidencia de la República en este país es una verdadera ofensa para las mujeres costarricenses”, decía en un video publicado este mes Gloria Valerín, exdiputada y expresidenta del Instituto Nacional de la Mujer. “Es grave, además de ofensiva esa candidatura. Significa un retroceso en nuestros derechos. Ninguna mujer en este país debería votar por este señor y ningún hombre, que apoye y entienda los derechos de las mujeres como personas, debería apoyarlo”, señalaba la exdiputada.

La abstención marcó la primera vuelta de las elecciones, celebradas a principios de febrero. Fue la más alta en 60 años. En la primera vuelta, más del 40% de costarricenses se quedaron en sus casas. “La decisión sobre los candidatos que pasaron a segunda vuelta quedó en pocas manos, pero no esperábamos que a Chaves le alcazaran los votos para llegar hasta acá, fue una sorpresa”, dice la vocera de Acción Respeto. La segunda vuelta de las elecciones en Costa Rica enfrentará al expresidente Figueres, señalado por sus opositores de tener prácticas corruptas, contra Chaves.




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