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Guardiola contra Klopp, dudas contra dudas


Jürgen Klopp y Pep Guardiola no solo establecieron el nuevo clásico del fútbol británico. Han creado el partido de referencia del fútbol europeo contemporáneo. La visita del Liverpool al Etihad este domingo (17:30 horas, DAZN) constituye la novena edición de un duelo que, desde diciembre de 2016, mide a los entrenadores y a los equipos que han señalado las grandes tendencias del juego en los últimos años. En esta ocasión, con una particularidad que marcará el partido y, tal vez, el porvenir de la Premier. Pues Klopp y Guardiola se reencuentran en una encrucijada similar. El Liverpool y el Manchester City atraviesan la misma clase de crisis.

Los dos entrenadores se esfuerzan por alterar el metabolismo de sus equipos ante los signos evidentes de una bajada de tensión competitiva más o menos predecible tras años de vida al límite mental y físico. Si el City se aplana cuando sus interiores y sus extremos rebajan la continuidad en los esfuerzos, los problemas del Liverpool comienzan cuando sus tres estrellas, Salah, Mané y Firmino, disminuyen su actividad sin balón. Donde antes se desmarcaban ofreciéndose a cada compañero que llevaba la pelota o acudían a la presión sin darse un respiro, ahora los movimientos del trío más famoso de la Premier se han espaciado en el tiempo.

La distensión de sus atacantes cuando no tienen la pelota no ha mermado la eficacia goleadora del Liverpool, que registra 2,5 goles por partido, frente a los 2,2 del curso pasado. Pero ha desencadenado problemas en la retaguardia, en donde la media de goles encajados por partido asciende a más de dos, un salto abisimal considerando los 0,8, y 0,5 goles encajados por partido en los cursos precedentes. Para provocar una reacción, Klopp los amenaza con quitares la titularidad. Sutilmente. Su instrumento de persuasión es el portugués Diogo Jota.

“Usar a Jota para asustar a Mané, Firmino y Salah es como usar una escopeta de perdigones para asustar a Mike Tyson”, razonaba esta semana el analista de una empresa inglesa vinculada a la Premier. “Pero como a Klopp le sale todo bien, va Jota y mete tres goles al Atalanta en Champions. ¡Y ahora la escopeta de perdigones es un bazuca!”.

Diogo Jota y Ferran Torres

A diferencia de Guardiola, Klopp jamás alteró su esquema ni su idea de juego para regenerar al equipo. Simplemente fomentó la concurrencia interna. Quitar a Firmino contra el Atalanta en Bérgamo ha sido su apuesta más osada. Salió a la perfección. “Las habilidades de Diogo encajan perfectamente en la forma que tiene el Atalanta de defender y atacar”, dijo, tras la actuación del portugués, astuto y rápido para aprovechar los espacios que la defensa kamikaze del Atalanta dejaba a su espalda. “Pero esto no tiene nada que ver con Bobby Firmino”.

Klopp procura no señalar públicamente a sus estrellas, no sea que se molesten por demás. Pero tampoco deja de insinuar que sus jugadores corren el riesgo de desinflarse, y que si eso sucede no serán capaces de retener el título. “¿Monstruo competitivo?”, se preguntó el alemán este viernes, cuando un periodista le inquirió por la disposición mental agresiva conque su equipo asalta los partidos. “Yo no vi ningún monstruo competitivo contra el Aston Villa”.

Ni el Liverpool ni el City, en sus mejores expresiones, se caracterizaron por reunir futbolistas naturalmente dotados para ocupar el vértice de la pirámide del fútbol, el lugar de los potenciales balones de oro. Para Klopp, el 7-2 en Villa Park del 4 de octubre fue una advertencia sobre lo que puede sucederle al Liverpool si sus jugadores dejan de abordar cada partido con determinación frenética. “Nada es comparable al año pasado”, dice Klopp sobre la conquista de la Premier con estadísticas inauditas. “Ahora tenemos que asegurarnos de jugar con la máxima intensidad. Porque jugaremos contra el equipo más difícil de enfrentar en el mundo”.

Si los futbolistas del Liverpool comenzaron a dar muestras de fatiga hace meses, los del City llevan más de un año en la ladera oscura que sucede al pico del rendimiento. Las estadísticas del City en materia de goles marcados y recibidos son las peores desde que Guardiola llegó al club. Por primera vez desde la temporada 15/16 el Ciy no supera los dos goles anotados de media por jornada, y atrás su portería sufre un promedio de más de un gol en contra por partido, algo insólito desde la temporada 16/17. Es difícil no relacionar la marcha de David Silva con el desencanto que subyace en la plantilla. Lo mismo sucede con Eric García, que en vano quiso salir rumbo al Barça; o con Walker, Otamendi, Gundogan, Sterling o Bernardo Silva, víctimas de un proceso de desgaste que también afectó a Guardiola. Que el técnico no haya confirmado su renovación contractual más allá de junio de 2021 es indicio de que duda de su poder de convicción sobre la plantilla. “Me encantaría, pero tengo que merecerme continuar”, dijo, enigmático, hace un mes. “El club tiene unos estándares y tengo que estar al nivel”.

Guardiola: “El Liverpool es el gran favorito”

Igual que Klopp, Guardiola elevó la categoría de un grupo de jugadores muy buenos hasta situarlos, durante un tiempo, en la cúspide jerárquica mundial. Las ligas levantadas en 2018 y 2019 son testimonio de una hazaña de la evolución colectiva e individual. Pero, a diferencia de Klopp, el español ha hecho mucho más que emplear a los fichajes nuevos (Ferran Torres y Rúben Dias) para picar a sus figuras más asentadas. Los cambios de esquemas se han sucedido con alteraciones que trascienden el modelo de juego original. Algunas de las modificaciones más bruscas en los planteamientos de Guardiola son consecuencia de su roce con Klopp en la pasada década.

Guardiola ha contribuido a edificar el mito de Klopp del mismo modo que Klopp supone el gran desafío irresuelto de Guardiola. De todos los entrenadores que ha enfrentado Guardiola, el alemán es el único que no le ha permitido conseguir un balance positivo. Solo obtuvo un promedio de 1,37 de los tres puntos en juego a lo largo de los 19 partidos que disputaron desde que se enfrentaron en la final de la Supercopa de Alemania, en el verano de 2013. En la Premier, de momento, el equilibrio es total: tres victorias, tres derrotas y dos empates.

Este domingo, la decisión más profunda que le resta a Guardiola será si mantener el viejo 4-3-3, que tan buenos resultados le da en Champions, o insistir en su sueño de sublimación del doble pivote. Por el momento, no duda en una cosa que le lleva a sintonizar con Klopp: el Liverpool es el equipo más difícil de enfrentar que existe. “El Liverpool”, dice; “es el gran favorito para ganar la Premier”.


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