Rodri aterriza en Manchester tras la petición expresa de Guardiola, que ha encontrado en el ex del Atlético al recambio de Fernandinho. Frustrado el intento por hacerse con Jorginho el verano pasado, el técnico catalán recurrió con éxito a Gündogan como solución ante las ausencias del brasileño durante el curso anterior, necesitado sin embargo de este especialista que parece ser el sucesor de Busquets. Calificativo mayor a tan pronta edad, efímero para Simeone y para el Metropolitano.
Calculador con el balón, Rodri piensa en el equipo antes que en él mismo, consciente de que su posición requiere de ese sacrificio. Más aún en un City en el que tendrá que compensar el ímpetu ofensivo que transmite Guardiola, clave para proteger los descubiertos del campeón de Inglaterra. El internacional español tiene un don para la colocación, más intuitivo que rápido, obligado ahora a mejorar una toma de decisiones que tendrá que efectuarse con más velocidad que en Madrid.
Del Bosque dijo que quisiera haberse parecido a Busquets y quien sabe si opinaría lo mismo de Rodri, alumno aventajado del de Badía. Asegura su entorno que requiere siempre el porqué de las cosas, obsesionado con la táctica. Discurso parecido al de Guardiola, que en la entrevista que concedió recientemente a GOL Televisión confirmó que la estrategia es el factor fundamental por el que se hizo entrenador. Quizá por eso Rodri también es mediocentro, disconforme con jugar sin entender.
Rodri mejora la relación del balón con el equipo y eso encaja en los planes de un City que sigue potenciando su idea. Equilibradas sus virtudes, recupera y reparte con acierto como demostró en el Villarreal y después en el Atlético de Madrid. Un jugador completo pero aún por moldear a sus 23 años, tan joven y voraz como otros que llegaron al Etihad unos meses atrás con el reto de ser partícipes de un proyecto que es hegemónico en Inglaterra y que quiere serlo en Europa.
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