No hay quien salve el barco de Julen Lopetegui. Aunque ya sentenciado seguramente antes del partido, la primera parte del Sevilla dejó claro que los caminos de club y técnico han de quedar separados.
El cuadro hispalense empezó perdiendo ya a la primeras de cambio, con un tanto de Guerreiro con algo de fortuna, y luego perdonó varias claras ante un acertado Meyer, que hizo que la cosa se pusiera todavía más cuesta arriba.
Si bien gracias al VAR se evitó la expulsión de En-Nesyri tras una contra en el que el Dortmund se fue solo con tres hombres desde el medio campo, invalidada por falta previa a Navas, eso no alentó en nada al Sevilla, que se fue totalmente golpeado de muerte al descanso. Primero porque Bellingham marcó un golazo en una jugada personal y, después, porque Adeyemi se aprovechó de la fragilidad defensiva del Sevilla para hacer el tercero.
Solo un milagro puede salvar al Sevilla en esta segunda mitad, en la que tienen que sacar una versión que no se ha visto este curso. Lopetegui, vaya último partido.