Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que ser canterano del PSG no garantizaba llegar a la élite por culpa del techo de cristal. A Pochettino le entregaron un vestuario con demasiadas nóminas que dificultó en gran medida la promoción de los más jóvenes. Xavi Simons y Michut, por ejemplo, decidieron salir ante esa circunstancia. Esta temporada, sin embargo, funciona mejor el ascensor de la meritocracia y Christophe Galtier ya ha dado algunas oportunidades.
Frente al Châteauroux, Zaïre-Emery se convirtió en el jugador más joven de la historia del PSG en ser titular en un partido oficial. Con 16 años, 9 meses y 29 días, el francés ya ha jugado cinco pequeñas dosis en liga y otra en Champions: “Estoy satisfecho con el rendimiento que ha dado”, se refirió anoche su entrenador, que también hizo referencia a Bitshiabu y Gharbi, asistente en el tempranero gol de Ekitike.
El guiño es importante porque Christophe Galtier ya les ha hecho ver que cuenta con ellos. En Navidad, antes de que se reanudara la competición, otros compañeros del filial también sumaron minutos con el primer equipo en los dos amistosos que jugaron en Camp des Loges. La apuesta es más de futuro que de presente, porque en partidos trascendentes no van a tener apenas protagonismo, pero al menos saben que tienen espacio para crecer.
A sus 16 años, Ethan Mbappé es otra de las grandes ilusiones del club, naturalmente justificada por su apellido. Sin embargo, sobre la cancha no tiene nada que ver con el carácter explosivo de su hermano. Él es zurdo, juega como interior y en la Youth League ya ha dado muestras de que el talento viene de familia. El PSG, no obstante, no va a precipitar la progresión del chico ante las expectativas mediáticas. Tiempo al tiempo, aunque la fe en los chicos es indiscutible.