Guterres, en el 75º aniversario de la ONU: “La pandemia ha dejado al descubierto las fragilidades del mundo”

António Guterres visita el pasado 9 de marzo un monumento contra la esclavitud en la sede de la ONU, en Nueva York.
António Guterres visita el pasado 9 de marzo un monumento contra la esclavitud en la sede de la ONU, en Nueva York.Getty

Han pasado 75 años de la fundación de Naciones Unidas y el mundo de 1945, liderado por un grupo de potencias deseando entenderse, no es el de hoy. Pero António Guterres, nacido en Lisboa hace 71 años, está convencido de que la mayor organización internacional todavía funciona y tiene un futuro por delante. El noveno secretario de la ONU afirma en una entrevista con EL PAÍS, Die Welt y La Tribune de Genève, que forman parte de la Alianza de Periódicos Líderes en Europa (LENA, en inglés), que el mundo necesita ahora más que nunca un liderazgo fuerte: “Necesitamos un liderazgo global, porque si no, no podemos responder de forma efectiva a retos como los de una pandemia. Pero desafortunadamente, donde hay poder, no hay liderazgo, y donde hay liderazgo, falta poder”.

Desde que asumió su cargo en enero de 2017, Guterres no lo ha tenido fácil. Poco después, Donald Trump anunciaba que Estados Unidos se retiraba del Acuerdo de París —la lucha contra el cambio climático es una de las grandes prioridades de la ONU— y el país dejaba de ejercer el papel que había adoptado desde la posguerra de policía del mundo para entregarse al “America First” del inquilino de la Casa Blanca. El choque entre EE UU y China no ha parado de agravarse, los pactos de control de armas están saltando por los aires, la situación es imprevisible con Irán y Corea del Norte, el mundo vive una grave crisis de refugiados y la pandemia causada por el coronavirus ha dejado casi medio millón de muertos en el mundo.

La entrevista se realizó el miércoles pasado por videoconferencia y Guterres, que es de profesión ingeniero eléctrico y fue primer ministro socialista de Portugal (1995-2002) y alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (2005-2015), se conectó puntual desde Nueva York.

Pregunta. ¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia y cómo será el mundo después?

Respuesta. No sabemos aún cómo va a evolucionar la pandemia. Hay un escenario optimista, en el que los países desarrollados coordinan sus respuestas y logran contener el virus para evitar una segunda ola de contagios. Los países en desarrollo se salvarían al menos de la catástrofe. Las cosas volverían a la normalidad en dos o tres años. Pero también hay un escenario pesimista, originado por la falta de una respuesta coordinada, y que sería un desastre para el hemisferio sur y generaría una importante segunda ola en el norte con consecuencias económicas terribles y una depresión global de cinco a siete años. Pero es demasiado pronto para predecir cómo será el mundo en la era pospandemia. Espero que esta crisis sea una llamada de atención. Nos enseña que tenemos que afrontar los retos globales juntos. Las divisiones son reales y tenemos que cambiar esta situación. Imaginemos un futuro virus que se contagia tan rápidamente como el coronavirus y que es tan letal como el ébola. Tenemos que encontrar la forma de trabajar juntos.

P. Donald Trump ha dicho que da por acabada la relación de EE UU con la Organización Mundial para la Salud (OMS) alegando que se ha convertido en una marioneta en manos de China. ¿Fue la OMS demasiado permisiva con Pekín en los primeros días de la pandemia?

R. En algún momento tendremos que investigar el origen de la pandemia, cómo pudo extenderse tan rápidamente y cómo la OMS, los países y otras entidades respondieron. Está claro que habrá que hacer este análisis. Pero lo que puedo decir es que conozco a la gente de la OMS y no están controlados por ningún país. Siempre actúan de buena fe y para obtener la mejor cooperación posible de los Estados miembros. Puede que se cometieran errores, pero no creo que la OMS haya intentado ayudar a China a esconder la realidad. Creo que la organización quería tener una buena relación con China al comienzo de la pandemia. Querían asegurarse de que China cooperara.

P. Pero parecía haber una muy buena relación entre el responsable de la OMS y el Gobierno chino.

R. Recuerdo que no hace mucho el responsable de la OMS dijo que el presidente de Estados Unidos estaba haciendo un gran trabajo en la lucha contra la pandemia y que sus esfuerzos deberían ser reconocidos. Así que no creo que el responsable de la OMS esté del lado de ningún país en concreto…

P. La ONU es a menudo criticada por ser una organización demasiado burocrática, lenta y cara. ¿Cómo se pueden solucionar estos problemas?

R. Es cierto que hay problemas burocráticos en la ONU, como en otras organizaciones internacionales y Administraciones nacionales. Por eso uno de mis objetivos clave es hacer nuestra organización más ágil y más eficiente para responder mejor a las preocupaciones, ansiedades y esperanzas de la gente de la que nos ocupamos. Pero muchas reformas requieren el consenso de los Estados miembros. Eso hace que el proceso sea mucho más lento de lo que quisiéramos. En cualquier caso, la ONU ha hecho un progreso considerable en los últimos años. Por ejemplo, uno de los temas principales de la reforma es la paridad de género. Y ahora tenemos igualdad entre los 180 puestos de dirección que hay en la organización.

Puede que se cometieran errores, pero no creo que la OMS haya intentado ayudar a China a esconder la realidad

P. En estos 75 años el mundo ha cambiado, ¿se ha adaptado la ONU?

R. Muchos organismos de la ONU todavía trabajan de la misma forma que cuando fueron creados hace 75 años, pero el mundo ha cambiado. El Consejo de Seguridad, por ejemplo, refleja el equilibro de poderes posterior a la Segunda Guerra Mundial. Se trata de una desconexión clara en relación con las necesidades de la actualidad. A veces nos enfrentamos a grandes dificultades para que el Consejo de Seguridad tome las decisiones necesarias sobre las crisis que afrontamos hoy en día. Pero sería injusto ver a la ONU solo como un monstruo burocrático. La mitad de la ayuda humanitaria en el mundo se canaliza a través de la ONU. Ahora mismo, durante la pandemia a causa del coronavirus, estamos ayudando a 110 millones de personas en 64 países. Nuestra organización ha proporcionado 250 millones de equipos de protección individual (EPI) a los países en desarrollo. Tan solo en las pasadas seis semanas, la red logística de la ONU ha proporcionado 69.000 metros cúbicos de suministros médicos. Lo hemos hecho de forma rápida y eficaz. El año pasado dimos alimentos a 87 millones de personas, y la mitad de las vacunas del mundo solo están disponibles a través de la ONU.

P. Los conflictos continúan.

R. Desde que el acta de constitución fue aprobada en 1945, el mundo ha experimentado el periodo más largo de una paz esencial. No ha habido grandes confrontaciones entre los grandes poderes en 75 años. Eso es algo. Ciertamente no solo es mérito de las Naciones Unidas, pero es incuestionable que la organización ha hecho una importante contribución a evitar una gran guerra.

P. En un mundo con menos cooperación, ¿cuál puede ser el papel de la UE, que se presenta como defensor del multilateralismo?

R. La UE tiene un papel vital que jugar. Creo firmemente que necesitamos un mundo multipolar con mecanismos de gobernanza multilateral. La UE debe evitar que se consolide un G2, es decir, un orden global con solo dos superpoderes, EE UU y China. Por ejemplo, respecto al cambio climático, la UE está liderando una iniciativa para reducir sus emisiones antes de 2030. Y tengo la esperanza de que así anime a otros actores a hacer lo mismo.

P. El Consejo de Seguridad suele estar paralizado, la Asamblea General llena de regímenes autocráticos y en la Comisión de Derechos Humanos hay Estados que no parecen ser muy escrupulosos con los derechos humanos. ¿Cómo cumplir así la misión de promover la libertad y la democracia?

R. La ONU no es una federación de democracias. Es una organización en la que todos los países del mundo están representados. Estas organizaciones intergubernamentales tienen contradicciones inevitables con las que tenemos que trabajar. Lo que constituye un gran reto es que las relaciones entre los poderes más importantes, EE UU, China y Rusia, son más disfuncionales que nunca. Esto hace que sea muy difícil para la ONU actuar en algunos asuntos clave y encontrar un consenso para movilizar a la comunidad internacional.

La UE debe evitar que se consolide un G2, es decir, un orden global con solo dos superpoderes, EE UU y China.

P. ¿Por ejemplo?

R. La comunidad internacional es incapaz de encontrar una respuesta común a la pandemia. Las estrategias varían mucho entre países. La principal razón es esa relación disfuncional entre los grandes poderes. Necesitamos un liderazgo global, porque si no, no podemos responder de forma efectiva a retos como los de una pandemia. Pero desafortunadamente, donde hay poder, no hay liderazgo, y donde hay liderazgo, falta poder. Además, cuando miramos a las instituciones multilaterales, tenemos que reconocer que no tienen dientes. O, cuando los tienen, no tienen mucho apetito. No quieren morder. Ese parece ser el caso del Consejo de Seguridad.

P. Aparte de la pandemia hay temas muy urgentes, como el del cambio climático y los refugiados, que ya suponen un 1% de la población mundial.

R. La lucha contra el virus es nuestra principal preocupación en la actualidad, pero creemos que el tema que va a marcar nuestro tiempo sigue siendo el cambio climático. Las generaciones futuras nos juzgarán por lo que nosotros seamos capaces de hacer para parar el calentamiento global. La hoja de ruta es clara. Necesitamos limitar el aumento de las temperaturas a 1,5 grados y reducir las emisiones un 45% durante esta década, pero estamos lejos de estos objetivos. Por eso hay que movilizar a la comunidad internacional.

P. El cambio climático está relacionado con la migración.

R. Es una de las razones por las que la gente abandona sus casas. Tenemos que garantizar que los refugiados encuentran protección. Y en esta área Europa ha fracasado en los últimos años. Europa debió repartir los refugiados de una forma más justa entre países. Pero debo decir que la canciller de Alemania, Angela Merkel, ha hecho un excelente trabajo y Europa debe estar agradecida.

P. La ONU hizo un llamamiento al alto el fuego durante la pandemia. Casi nadie escuchó. ¿Por qué?

R. Muchos conflictos llevan mucho tiempo abiertos, son complejos y difíciles de solucionar. Sin embargo, mi llamamiento a un alto el fuego ha tenido un amplio apoyo de los Estados miembros, otras organizaciones e incluso algunas partes en conflicto. Algunos lo aceptaron, como los movimientos rebeldes en Camerún, Tailandia y Filipinas. Haremos todo lo posible para convertir estos gestos en treguas más permanentes. Hemos visto progresos en algunos países, como Yemen, Afganistán y Sudán. En otros es más difícil. La mayor frustración es Libia, donde las resoluciones del Consejo de Seguridad son violadas constantemente.

P. ¿Qué pasará si Israel se anexiona parte de Cisjordania, como planea, en julio?

R. Estamos decididos a decir a todo el mundo y en todo momento que una anexión es una violación importante de la ley internacional, y en este caso, una amenaza para la estabilidad global y regional. Hará imposible la solución de los dos Estados, que sigue siendo nuestro principal objetivo y, en mi opinión, la única forma de salir de la situación actual. Intentamos crear las condiciones para una reunión del Cuarteto con Israel y los palestinos, sin condiciones previas. Una reunión que permita a las partes hablar entre ellas.

P. La pandemia nos confina en casa. ¿Puede la diplomacia internacional funcionar con Zoom y Skype?

R. La diplomacia global se puede hacer por Zoom o Skype, pero es mucho más difícil. Estamos teniendo muchas videoconferencias con representantes de Yemen. Pero creo que las conversaciones serían mucho más fáciles si pudiéramos vernos en persona. Creo que la diplomacia necesita contacto humano.


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