“Había que erosionar la imagen de los rivales”


La estrategia del expresidente del Barcelona Josep Maria Bartomeu para mejorar su imagen pública al tiempo que hundía la de sus rivales ha quedado al descubierto en el sumario del caso Barçagate. Las declaraciones de trabajadores de I3Ventures —la empresa contratada, supuestamente, para “monitorizar” las redes sociales y mejorar la imagen del club— han confirmado ante los Mossos d’Esquadra que el objetivo de los trabajos era, en realidad, ensalzar la figura del mandatario azulgrana y “erosionar” a los rivales.

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El testimonio de esos empleados consta en el informe policial que los Mossos han remitido a la juez de instrucción número 13 de Barcelona, Alejandra Gil, y al que ha accedido EL PAÍS. Bartomeu y los otros tres exdirectivos detenidos el lunes —el asesor presidencia Jaume Masferrer; el consejero delegado Óscar Grau y el jefe de los servicios jurídicos, Román Gómez Pontí— se “extralimitaron en sus facultades de administración” al contratar a una empresa que, mediante perfiles en redes sociales como Twitter y Facebook, difamó a jugadores como Leo Messi y a opositores de la junta directiva.

En otoño de 2017, el Barça contrató los servicios del grupo de comunicación NiceStream, formado por dos empresas —I3Ventures y NSG— controladas por la misma persona: Carlos Ibáñez, que el año pasado, durante el confinamiento, regresó a su país, Uruguay. El Barça firmó cinco contratos con la empresa, cada uno de ellos por un precio ligeramente inferior a los 200.000 euros, lo que permitió eludir la autorización de la junta directiva. La policía cree que fue un “fraccionamiento ficticio” para “eludir los órganos de control” de la entidad azulgrana.

En su informe, los investigadores concluyen que el club pagó un “sobreprecio” por esos servicios. Y calculan el “perjuicio” causado a la entidad azulgrana y “al conjunto de la masa social” en una cifra que oscila entre los 843.000 euros y los 1,2 millones. Los Mossos agregan que el total de dinero abonado a Nicestream entre 2017 y 2020 —que incluye el “uso particular” de los servicios junto a una “monitorización” de redes a favor del club— asciende a 2,3 millones.

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La magistrada señaló ayer, tras dejar en libertad provisional a Bartomeu y a Masferrer —que se acogieron a su derecho a no declarar— que en el Barçagate el club es un posible perjudicado de los delitos de administración desleal y corrupción entre particulares. La policía maneja la hipótesis de que “directivos, administradores, trabajadores o colaboradores” hayan podido percibir “contraprestaciones” por adjudicar los contratos al margen de los procedimientos establecidos.

El epicentro de la investigación, por ahora, es la utilización de dinero del club para motivos ajenos a sus fines, como es “proteger la figura del presidente”. La policía ha constatado la existencia de perfiles en redes que servían para “mejorar la imagen y reputación” de Bartomeu y, en paralelo, “difamar a personas críticas” con la junta directiva. Durante tres años, se “alimentaron perfiles en Twitter y Facebook contra cualquier persona que representase una amenaza” para el expresidente, promoviese mociones de censura o se postulase como candidato: Jaume Roures, Víctor Font, Joan Laporta, Xavi Hernández, Pep Guardiola o Gerard Piqué, cita el informe policial.

En una entrevista en Catalunya Ràdio poco después de que la Cadena SER destapara la existencia de esos perfiles, el propietario de I3Ventures, Carlos Ibáñez, rechazó las acusaciones: “Somos munición para atacar a la junta como parte de la precampaña, el socio no comprará ese discurso”, dijo Ibáñez, que se desvinculó de las cuentas bajo sospecha.

Los testigos

El lunes, los Mossos registraron las oficinas del club en el Camp Nou, además de domicilios particulares y sedes de empresas, donde se incautaron de material. Los agentes aprovecharon la visita para interrogar a 13 empleados del Barça y a seis trabajadores de I3Ventures. Estos admitieron en parte la verdadera finalidad de los perfiles y detallaron que Masferrer acudió personalmente a las oficinas para cerrar el trato. Éste “reportaba directamente a Presidencia”, concluye el atestado.

Algunos empleados han admitido su participación directa en el diseño y creación de contenidos para los perfiles “Respeto y Deporte”, “Sport Leaks”, “Alter Sports”, “Més que un club”, “Jaume un film de terror” y “Justicia y diálogo en el deporte”.

A. fue el más contundente. Afirmó que debía crear “dos publicaciones al día” para el perfil “Sport Leaks”, una para “mejorar la imagen del Barça” y otra para “erosionar la de personas rivales”. Agregó que el objetivo era “mejorar la imagen de Bartomeu” y “minimizar las críticas” en las redes sociales. Sobre el perfil dedicado al dueño de Mediapro, admitió que pretendía “erosionar la imagen de Jaume Roures”. Otra trabajadora, S., sostuvo que el objetivo de “Alter Sports” era crear “memes divertidos”, aunque “no tenía intención de ofender a nadie”. E. agregó que debían “monitorear” redes en relación con el club y “con el señor Bartomeu” y que el único criterio es que las publicaciones “tenían que ser virales”. J. admitió que el rastreo de los comentarios hacia el expresidente era “especial”, así como “lo que se decía sobre la junta directiva y los jugadores”.

En 2017, el expresidente tenía motivos para estar preocupado por su reputación. Jaime Malet es el fundador de Telampartners, la empresa que hizo de intermediaria entre Ibáñez y la junta de Bartomeu. Lo hizo a cambio, admitió Malet ante los Mossos, de un “porcentaje” del negocio. El 2 de octubre, un día después del referéndum independentista y mientras el Barça jugaba a puerta cerrada, Malet e Ibáñez intercambiaron un correo. El empresario advirtió de que Bartomeu tenía “un 86% de comentarios negativos en redes”. En las oficinas de I3Ventures, los Mossos hallaron listados de periodistas “partidarios y contrarios” a Bartomeu.


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