Pase lo que pase esta noche en la semifinal entre Alemania y Francia, habrá dos mujeres sentadas en los banquillos en la final de la Eurocopa Femenina del domingo 31 de julio en Wembley. La seleccionadora de Inglaterra, la holandesa Sarina Wiegman, quien ya llevó a las ‘orange’ a levantar la pasada Eurocopa de 2017, aseguró su pase a la final tras arrollar a Suecia (4-0) en la primera semifinal, mientras que el partido de hoy tendrá a dos mujeres en el banquillo: Martina Voss-Tecklenburg por parte de las germanas y Corinne Diacre por las francesas.
Las entrenadoras piden paso en la Eurocopa con autoridad. Solo seis de los dieciséis equipos apostaron por tener a una mujer en el banquillo, pero han demostrado su potencial hasta el punto de que tres de las cuatro semifinalistas están dirigidas por una seleccionadora.
Es una buena noticia que las mujeres demuestren que pueden triunfar también en los banquillos para empezar a cambiar la dinámica actual, en la que hay mayoría de hombres dirigiendo los equipos de fútbol femenino. Cuesta todavía, entre los clubs de mayor potencial, hallar a mujeres al mando. En el caso de las selecciones, las cifras son más alentadoras.
Así, el 37,5% de los equipos participantes en la Euro han estado entrenados por mujeres: Martina Voss-Tecklenburg (Alemania), Irene Fuhrmann (Austria), Anna Signeul (Finlandia), Corinne Diacre (Francia), Sarina Wiegman (Inglaterra) y Milena Bertolini (Italia). Y de hecho han llegado muy lejos.
“Sabemos que, en cuanto a la formación de las entrenadoras, todavía hay mucho por mejorar”, aseguraba Martina Voss-Tecklenburg, en una reciente rueda de prensa: “Necesitamos ofrecer oportunidades, pero también debemos asegurarnos de que haya igualdad de oportunidades”.
Las cifras se han mantenido bastante estancadas. Durante el Mundial de 2019, solo 9 de los 24 entrenadores eran mujeres, la misma cantidad que en el Mundial de 2015. En la última Eurocopa, en 2017, solo hubo seis mujeres entrenando equipos, al igual que este verano. Los hombres continúan dominando los banquillos, aunque los resultados de ellas hablan por sí solos.