Cuando nos proponemos bajar de peso, lo primero en lo que pensamos es en la alimentación. Ahora, cuando sólo quedan unas semanas para dar la bienvenida al verano, las conocidas como «dietas milagro» son tendencia. Sin embargo, no las recomendamos porque son planes muy restrictivos, que, si bien es cierto que ayudan a perder peso, no le hacen ningún bien a la salud. Además, la pérdida de peso no se debe a la quema de grasa, sino a la disminución de la masa muscular. Por lo tanto, una vez se acaba la dieta, se recuperan los kilos perdidos, e incluso alguno más.
Queda claro que lo ideal para adelgazar y tener una buena salud es seguir un plan de alimentación saludable y equilibrado, que se pueda mantener a largo plazo. Ahora bien, hay otros factores que también influyen, como por ejemplo el estilo de vida o la genética.
Peso actual
Como resulta lógico, la masa corporal que tienes actualmente influye (y mucho) en el proceso de pérdida de peso. Si ya has adelgazado en el pasado, estás en clara desventaja porque cuando pierdes peso, tu tasa metabólica disminuye más de lo debido, así que decir adiós a los kilos de más es cada vez más difícil.
Estilo de vida
¿Llevas un estilo saludable, comiendo bien y haciendo ejercicio? Si es así, te va a costar más bajar de peso. En cambio, si empiezas desde cero, tienes mucho margen para mejorar tus hábitos. Por supuesto, debes hacerlo poco a poco. ¡Los cambios drásticos no son buenos!
Ejercicio físico
Si bien es cierto que el ejercicio aeróbico es el mejor para quemar calorías y mejorar la salud cardiovascular, es importante tener buena masa muscular para llevarlo a cabo. Lo que tienes que hacer para desarrollar bien músculo es apostar por el entrenamiento de fuerza al menos dos veces por semana, con ejercicios como las pesas o las sentadillas.
Hormonas
Las hormonas les dicen a las células lo que tienen y no tienen que hacer, y esto incluye la pérdida de peso. En el caso de las mujeres, los factores hormonales pueden ser determinantes, y por ejemplo en la menopausia adelgazar es mucho más complicado que en cualquier otra etapa de la vida.
Génetica
Y, por último, la genética. Algunos expertos señalan que es incluso más importante que la alimentación. Se calcula que hay unos 200 genes que afectan al almacenamiento de grasa y a la pérdida de peso corporal.
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