La lucha contra el cambio climático y la preservación de la atmósfera es continua. Según los resultados de un estudio de la Universidad del Estado de Nueva York en Freedonia, que analizó el agua de 259 botellas de 11 marcas distintas y en 9 países diferentes, hay hasta 10.000 partículas de plástico por litro encontradas en tales botellas.
Suelen ser productos de agua embotellada y el hallazgo determina un promedio de 325 partículas de plástico por cada litro de agua embotellada analizada. Por tanto, la presencia de microfibras plásticas en el agua embotellada es latente.
El tipo de fragmento de plástico más común que se encontró en tales botellas fue el polipropileno. Para analizarlo se ha llevado a cabo la técnica del tinte rojo del Nilo, de la que algunas empresas cuestionan sus resultados efectivos.
La OMS ha comentado que no hay consecuencias negativas para la salud humana sobre este plástico pero que puede estudiar los riesgos tras saber las conclusiones de este nuevo estudio. Al parecer se trata de agua embotellada de importantes marcas a nivel mundial que venden estos productos, supuestamente como un agua de calidad superior y que por tanto se paga más.
Algunos interesantes datos
Alrededor de las 9,5 millones de toneladas de plástico que se arrojan cada año a los océanos, entre el 15 y el 31% son microplásticos, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Según la Universidad de Alicante, se identificaron trazas de plásticos en la sal de mesa que llega a los consumidores.
La producción de plásticos se acercará en 2020 a los 500 millones de toneladas (un 900% más que en 1980), según Greenpeace. Estas cantidades, su fácil dispersión y su lento proceso de degradación convierte al plástico en el enemigo número uno de mares y océanos. Su uso es un problema asociado a los modos de consumo, ya que la mayoría se emplean para envases de un solo uso. España es el quinto mayor productor de la UE.
La producción de plástico ha aumentado vertiginosamente en los últimos 50 años. En 2013 llegó a los 299 millones de toneladas a nivel mundial comparado con los 204 millones de toneladas que se produjeron en 2002, según informes de la ONG Greenpeace.
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