Según ha desvelado este miércoles el director de estrategia de Mercedes James Vowles, el monoplaza de Lewis Hamilton recibió un golpe vertical de 45G en la colisión de la primera vuelta con el Alpine de Fernando Alonso en el pasado Gran Premio de Bélgica.
El golpe también encendió la alerta luminosa de la FIA que obliga al piloto a visitar el centro médico, algo que Hamilton no quiso hacer, recibiendo una advertencia de los comisarios. Lewis comentó a los periodistas que casi se rompió la espalda cuando el coche se elevó en el aire antes de caer con fuerza sobre el asfalto en Les Combes y se culpó a sí mismo de la colisión con Alonso cuando peleaban por la segunda plaza.
“Fue un impacto grande, muy grande. Se midieron 45G en el SDR (registrador de datos de seguridad) del coche, que es muy grande en una carga vertical”, ha informado James Vowles a través de un video del equipo.
“Lewis estará bien, volverá a luchar en Zandvoort. Creo que está frustrado, porque tenía un coche muy rápido y era posible subir al podio. Pero tanto él como todos nosotros estamos aquí para luchar y seguir avanzando”, añadió Vowles.
También ha habido preocupación en Mercedes por la unidad de potencia y la caja de cambios de Hamilton, y por las posibles penalizaciones en la parrilla de salida de Zandvoort en caso de estar dañada, lo que supondría un gran contratiempo dado lo difícil que es adelantar en el circuito costero.
Vowles dijo que había habido una pérdida inmediata de refrigerante tras la colisión. “Ahora necesitaremos unos días para revisar todos los componentes, está claro que va a haber sobrecargas en los componentes de la suspensión y las cajas de cambios y tenemos que asegurarnos de entender todo lo que se necesita antes de Zandvoort”.