La disolución definitiva del monstruoso proyecto de los Brooklyn Nets y su big-three con Kevin Durant, Kyrie Irving y James Harden, que apenas compartieron 16 partidos juntos con la franquicia neoyorquina, ha liberado a sus protagonistas a la hora de hablar claro. El último en decir la suya ha sido el primero que abandonó el barco, un Harden mucho más feliz en los Philadelphia 76ers. Preguntado por cómo recuerda su periplo juntos, eso decía a los periodistas:
“Frustrante. Muchos ‘y sí…’ Jugamos menos de 20 partidos juntos. Es lo que hay y frustra, pero con suerte todos estamos en un buen sitio ahora y podemos pasar página”. En enero, antes de pedir su traspaso durante el trade deadline de febrero, Irving dejó un dardo envenenado aparentemente dirigido a Harden y su marcha hace poco más de un año. “Estoy constantemente en la alineación, y eso ayuda. Además no tenemos a nadie que está a medias dentro del vestuario”, deslizó.
La acusación no pasó desapercibida por La Barba, que este fin de semana por fin respondió con otra indirecta bastante obvia. “Yo no parezco el loco. No parezco que que renunció o lo que digan los medios. Yo sabía lo que pasaba y decidí… ‘¡Hey! No estoy hecho para estas cosas. No quiero lidiar con ello. Quiero jugar a baloncesto y pasármelo bien'”, declaró.
Cuando llegó a los Nets para completar una plantilla de ensueño junto a KD y Kyrie, Harden se encontró con un escenario muy distinto al esperado. “No jugamos tanto como quería, o como quería la organización. Sabía que no iba a cambiar y por eso tomé una decisión individual”, valoró. ¿Se podría haber rescatado el proyecto? “Sí, pero había muchas cosas. Mucha disfunción. Fue una de las razones por la que tomé mi decisión”, resumía.