Una de las tendencias de los últimos años en las redes sociales ha sido señalar a los deportistas que han vuelto de las vacaciones en baja forma. James Harden fue uno de los más señalados de las pasadas campañas en la NBA, pero como él mismo avisó antes del verano, un cambio de dieta y un estricto programa de entrenamiento le han plantado al inicio de la pretemporada de los Philadelphia 76ers con un estado de forma envidiable.
“Tengo que tener cuidado con lo que como, porque a medida que envejeces, tu metabolismo se ralentiza. Honestamente, lo odio, porque me encanta comer y no quiero tener que mirar cuántas calorías ingiero”, decía en una entrevista con Haute Time en el mes de julio. En agosto, La Barba se entrenó en el pabellón de la Salle Bonanova en Barcelona durante una visita a la ciudad junto a Kevin Durant, excompañero suyo y buen colega fuera de las canchas.
“He tenido el lujo de no tener que lidiar con lesiones graves, con cirugías o lo que sea, durante toda mi carrera. Pero estos últimos dos años, he estado lidiando con algunos problemas en los isquiotibiales. Así que aprovecho este verano como una oportunidad para hacer algo por mí, para asegurarme de volver al nivel de élite en el que sé que puedo estar y en el que estaré”, prometía el base de 33 años.
Más allá de alguna imagen anecdótica sobre su dieta, como el lanzamiento de su tarta de cumpleaños por la borda, parece que las primeras de Harden con los Sixers esta pretemporada apuntan a que, efectivamente, el jugador ha recuperado su figura y mejor forma física para encarar la temporada 2022-2023 con garantías.