La aversión que la exprimera dama Barbara Bush sentía hacía el actual presidente Donald Trump, data de los años 90 y era tan intensa que llegó a causarle una crisis cardíaca, que ella calificaba de “ataque al corazón”, de acuerdo con extractos de una biografía adelantados este miércoles.
“Técnicamente no fue un ataque al corazón, aunque ella lo llamaba así. Fue una crisis en su larga batalla contra la insuficiencia cardíaca congestiva y la enfermedad pulmonar crónica que padecía y que le golpeó como un mazo un día”, explicó este miércoles la periodista del diario USA Today y autora del libro, Susan Page.
En “La matriarca”, título de la biografía que está prevista que salga a la venta en los próximos días, Page recopila una serie de entrevistas con la esposa del expresidente George H. W. Bush (1989-1993) y madre del también exmandatario George W. Bush (2001-2009), fallecida en abril del año pasado.
El episodio cardíaco descrito por la autora se produjo durante la campaña electoral de 2016, en la que el ahora presidente atacó con vehemencia a uno de sus hijos, Jeb Bush, quien también aspiraba a alzarse con la candidatura presidencial del Partido Republicano.
Page rememora cómo Trump atacó a Jeff Bush precisamente por el apoyo que había recibido de su madre durante la campaña, a lo que Barbara Bush contestó en una entrevista con la cadena CBS: “Por el amor de dios, (el presidente ruso Vladimir) Putin le respalda a él; ¡Putin es lo peor y ha avalado a Trump!”.
La aversión de la exprimera dama, no obstante, no se debe a las tretas políticas del mandatario, sino que se remontan décadas atrás, como demuestra una anotación de 1992 en su diario -al que tuvo acceso la periodista- en la que acusaba al magnate de ser “un auténtico símbolo de la avaricia de los 80”.
Poco después del mediático divorcio del ahora presidente de la que fue su primera esposa, Ivana, Barbara Bush escribió que el apellido Trump se había convertido en una “nueva palabra” que “significa codicia, egoísmo y fealdad”.
Su nivel de rechazo hacia el magnate fue en aumento según creció su popularidad y alcanzó sus cotas más altas cuando éste se convirtió en el líder de un partido históricamente tan vinculado a su familia: el Republicano.
Por este motivo, no es de extrañar que la nominación de Trump como candidato de la formación conservadora le llevara a replantearse sus sentimientos, según Page, quien preguntó en una ocasión a la exprimera dama si seguía sintiéndose republicana.
“A día de hoy, probablemente diría que no”, fue la respuesta.
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