Hasta la vista, Europa

Se acabó. El Espanyol se despidió de Europa este jueves como el que dice adiós a un amor que en cierto modo se había convertido en insostenible y dañino. Con esa sensación amarga de que los buenos momentos vividos no compensan ni el dolor del adiós ni todo lo sufrido por el camino. Pero a la vez, consciente de que pensando en el futuro quizá sea lo mejor. Porque no nos engañemos, el Espanyol no iba a ganar esta Europa League salvo una alineación de planetas altamente improbable. Y lo que de verdad importa es enderezar el rumbo en Liga para evitar el descenso. Porque si lo que se quiere es regresar pronto a esto de las competiciones continentales, el primer paso es continuar en la máxima categoría del fútbol español.

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Mejoró, eso sí, la imagen perica respecto a la de la ida en el Molineux Stadium. Y los poco más de 12.000 pericos que asistieron al RCDE Stadium lo agradecieron. Porque aunque alguno espetase con más fe que razón que la remontada era posible, la inmensa mayoría se dio cita simplemente para decir adiós a una Europa League a la que costó sudor y lágrimas regresar. Concretamente, 12 años tardó el Espanyol en volver a viajar por el viejo continente desde haberse despedido previamente en la final de Glasgow de mayo de 2007. ¿Y ahora qué? ¿Hasta cuándo? A saberse. Pero lo dicho, poco debe importar ahora mismo al lado de lo esencial, que es salvar la categoría. En esa lucha quedan por disputarse 13 finales. Ninguna será la de Gdansk en la que se dirimirá el campeón de esta Europa League, pero todas ellas son más importantes para el Espanyol que la que se disputará en dicha localidad polaca.

Chen, en el palco

El presidente del Espanyol vivió ‘in situ’ este jueves el ‘hasta la vista’ europeo. También estará presente en el palco el próximo domingo cuando los de Abelardo reciban al Atlético de Madrid con la voluntad de sumar 3 puntos vitales en su lucha por salvarse. Los de Simeone no son un rival directo cuadro blanquiazul, pero de ahora en adelante todo son finales.