Uno de los jugadores más queridos por la afición del Athletic en las últimas décadas. Sufrió lo insufrible dentro y fuera del campo, pero así y todo tiró hacia delante contra viento y marea. León indomable. Carlos
Gurpegi (Andosilla, 19-8-1980) charla con Mundo
Deportivo desde su domicilio en pleno confinamiento.
La primera cuestión, tal y como está el patio, parece obligada. ¿Qué piensa de la final de Copa?
Que la final con público sí o sí. La gente, la afición, por lo que veo, prefiere jugar la final con gente. ¡Vaya lío! El coronavirus ha trastocado todo y la situación es la que es.
¿Cómo lleva el confinamiento, por cierto?
No tengo derecho a quejarme porque en este aspecto soy un privilegiado. Mi familia y cercanos están todos bien, todos sanos, que es lo importante. Luego, además, tengo vivienda con espacio. Viviendo esto como se puede, pero no me puedo quejar.
¿Otra lección de vida más?
Está claro. Si hace tres meses nos dicen que íbamos a estar en esta situación, nadie se lo hubiese creído. Da mucha pena lo que estamos viendo y viviendo. Desde aquí lo único que podemos hacer es estar en casa, obedecer las órdenes que nos llegan y, sobre todo, valorar a esa tantísima gente que está en hospitales, en comercios y demás sitios y que nos hacen el día a día mucho más fácil al resto. Quizás sea gente a la que antes de todo esto no se le valoraba lo suficiente.
Hablemos de su actual labor en el Athletic. ¿Qué trabajo desarrolla un entrenador específico en Lezama?
Al entrar Rafa me dijo que quería empezar a hacer entrenamientos específicos y que había pensado en mí. Yo estaba de representante institucional, pero era algo que no me acababa de convencer porque me gustaba el campo, el verde. Esta era una oportunidad también para volver a Lezama, a pisar un terreno. Estoy contento.
Entreno a centrales y medios centros y estoy encantado. Los de arriba son distintos: ni mejores ni peores, diferentes
¿Pero qué labor desarrolla concretamente?
Suelo estar con los medios centros y centrales desde el Cadete hasta el Basconia. Intentando que los chicos mejoren y, sobre todo, aprender yo de ellos porque nunca he estado entrenando así en ningún grupo. Seguro que aprendo muchas cosas también.
¡Pero sí tiene el carné de entrenador!
El año que deje el fútbol estuve con Valverde en el cuerpo técnico y a finales de aquella temporada empecé a hacer el nivel 2 de entrenadores, porque el 1 ya lo tenía, y luego me saqué el 3. Ahora estoy con la cosilla de tirar para adelante con el tema del entrenador o no.
¿Qué es lo que le hace dudar?
La verdad es que tengo muchas dudas porque sé lo que conlleva ser entrenador y es más complicado de lo que parece.
Me costó mucho decirle no al Kuko, pero necesitaba parar
Estuvo con Valverde digamos de tercero y luego Ziganda le ofreció seguir junto a él y no aceptó. ¿Por qué motivos?
Por varios motivos. Tenía que dejar el equipo mes y medio porque me iba a Madrid a sacar el tercer nivel del curso de entrenador y, sobre todo, tenía la sensación de que tenía que parar un poco del día a día de entrenar, de ir a Lezama, porque estaba un poco agobiado. Para mí era una posibilidad muy buena, pero en ese momento no lo veía. Sí es cierto que me costó mucho decirle no al Kuko, al que siempre le he agradecido que me lo ofreciera; pero necesitaba parar un poco.
¿Cómo vienen los chavales de la cantera con los que usted trabaja?
No sé si es por las demarcaciones que me toca entrenar; pero me parecen chavales majos, sanos, responsables y conscientes de donde están. Muchos de ellos tienen claro que quieren seguir estudiando también. Estoy encantado. Igual al tratarse de medios centros y defensas centrales hace que sean gente así.
¿Los futbolistas del resto de las demarcaciones son diferentes?
Tengo la sensación de que la gente de medio campo hacia arriba y delanteros son diferentes. Ni peores ni mejores, distintos. La verdad es que estoy encantado. En Lezama hay buenos jugadores.
¿Entonces usted se dedica a trabajar con los que defienden y Tiko con los que atacan?
Aparte de nosotros están los entrenadores de esos equipos. Yo siempre estoy con el entrenador de Liga Nacional o con el del Cadete y entre los dos les entrenamos. Tiko con extremos, medias puntas, delanteros. Yo con los medios centros y defensas.
Alkorta, Aiarza, Gaizka Garitano, Ferreira, Patxi Salinas… ¿Es consciente de que, quitando a Joseba Etxeberria y algún otro, en Lezama imperan los defensas o medios centro?
No me había parado a pensarlo, no me había fijado en ese dato. Pero la verdad es que somos unos cuantos.
Todos debemos trabajar para que esos chavales que van a ser los Williams, Muniain y Adu quieran seguir aquí
¿Qué se puede hacer con esos jugadores de la cantera, incluso jugadoras, que de un tiempo a esta parte parecen estar dispuestos a cambiar de club?
Entre todos tenemos que conseguir que los chavales se den cuenta de que en el Athletic pueden ganar títulos, llegar a finales, de que es mucho más bonito vivir eso con compañeros que pueden ser los tuyos desde niños y que están en un club que paga bien. También mostrarles lo que es el Athletic, la historia que tiene, que no están en un club cualquiera. Entre todos debemos hacer ese trabajo para que los jugadores que en un futuro van a ser los Williams, Munian y Aduriz de turno, gente que marca las diferencias digamos, quieran seguir en este club.
Pero ahora mismo, por ejemplo, un central como Unai Núñez, hecho en Lezama, duda.
Es labor de todos. Yo entiendo que el jugador quiere jugar y sentirse importante, pero hay muchas maneras de sentirte importante en un equipo.
Me empieza a picar el gusanillo de ser yo el entrenador, pero me parece una profesión muy difícil
¿Se empieza a ver de míster?
Me empieza a picar el gusanillo, pero me parece una profesión muy difícil. Tienes que llevar un grupo de 20-22 jugadores, cada uno de una manera diferente, cada uno de un carácter, y no es fácil. El día a día del entrenador es duro. No es lo mismo que ser jugador que entrenas, vas a casa e intentas cuidarte. El entrenador tiene que seguir dándole a la cabeza, pensando en lo que has hecho el fin de semana anterior, en lo que tienes que hacer el que viene, contra quién te enfrentas… Es una profesión que te lleva muchísimo desgaste a varios niveles.
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