El centrocampista mexicano del Atlético de Madrid Héctor Herrera disputó este domingo los noventa minutos en la victoria de su equipo (1-2) sobre el Betis, en el que jugaron sus compatriotas Andrés Guardado, como titular, y Diego Lainez, que lo suplió a falta de poco más de veinte minutos.
Herrera, que había sudo suplente en los dos últimos partidos de su equipo, comenzó el encuentro pegado a la banda derecha, donde tuvo que multiplicarse en ayudas al lateral inglés Kieran Trippier para tapar las acometidas de Álex Moreno y Canales, los dos hombres que ocupaban el pasillo zurdo del Betis.
La escasa vocación ofensiva del Atlético en la primera hora de partido penalizó a un Herrera que centró su posición a raíz de la entrada de Ángel Correa en lugar del francés Thomas Lemar, lo que propició que el argentino ocupase el pasillo diestro y Saúl Ñíguez se escorase a la izquierda.
Correa marcó en su primer contacto con el balón, de modo que la labor de Herrera y de su compañero en el doble pivote, el ghanés Thomas
Partey, pasó a ser eminentemente defensiva, y durante diez minutos coincidió en las mismas zonas del campo que su compañero de selección Andrés Guardado.
Guardado volvió al once bético tras descontar un partido de sanción y ejerció funciones de mediocentro por delante de los tres centrales que alineó Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’, aunque en las secuencias de posesión recibía la asistencia de Marc
Bartra, que adelantaba unos metros su posición.
Sostuvo bien el mexicano al Betis, que sólo concedió una ocasión en más de sesenta minutos, si bien apenas tuvo protagonismo ofensivo y sólo sobresalió al final del encuentro, estando ya ataviado con el chándal, cuando unas airadas protestas a Estrada Fernández le valieron una tarjeta amarilla.
A falta de veinte minutos, suplió a Guardado su compatriota Diego
Lainez, a quien confiaron la misión de abrir el campo por la derecha y asociarse con el lateral brasileño Emerson de Souza, muy incisivo por su costado.
Lainez no pudo dar continuidad al buen partido de Copa que realizó el jueves frente al Antoniano, de Tercera división, y se perdió en un exceso de florituras, si bien siempre quiso encarar al rival sin arredrarse a la hora de pedir el balón pese a que el marcador desfavorecía al Betis.
Su balance contable se reduce a un tiro a puerta, flojo y raso con el pie derecho que Oblak atrapó sin esfuerzo, y un intento de pase ‘picadito’ a Borja Iglesias que el ariete verdiblanco no supo controlar, pero que lo habría dejado solo delante del portero esloveno.
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