hemos consumido los recursos de todo un año en siete meses

El pasado 29 de julio se celebró en todo el mundo el Día Mundial de la Sobrecapacidad del planeta. Las noticias no han sido nada halagüeñas ya que, tal y como informan desde ONGs y asociaciones como WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) los habitantes de la Tierra ya hemos consumido lo que deberíamos de consumir en un año.

Según los propios responsables de la ONG, la tregua que el planeta sufrió por la pandemia, ya ha quedado atrás, y volvemos a estar en niveles pre COVID.

«La tregua que ofreció la pandemia durante 2020 ha terminado. Volvemos a los límites de insostenibilidad de 2019, demandando los recursos que ofrecerían 1,7 planetas Tierra» advierten de la propia WWF que ven como el planeta sigue en límites de sobrecapacidad inaguantables a medio y largo plazo.

Sobrecapacidad desbordada

El modelo que se ha implantado después de que la pandemia haya cambiado de rumbo y de nuevo las economías más fuertes hayan comenzado a retomar la actividad, ha vuelto a ser el de los últimos 70 años, por lo tanto, la Tierra vuelve a estar en riesgo extremo.

El pasado 29 de julio se marcó como el día donde los recursos del planeta, que debían consumirse en 365 días, ya se habrían agotado, por lo que resta de año, el planeta se verá sometido a una desbordamiento de recursos.

Ese día se calculó, gracias a la Red de la Huella Global, que analizó dos parámetros concretos: la biocapacidad del planeta y la huella ecológica (demanda de recursos) de los habitantes de la Tierra.

Según esto, España agotó sus recursos el pasado 25 de mayo, tan solo cinco meses después de iniciar el año. «En términos económicos, sería como agotar el saldo disponible y entrar en números rojos -explica WWF-España agotó el presupuesto ecológico anual el pasado 25 de mayo. Si todo el mundo consumiera al ritmo de nuestro país, serían necesarios 2,5 planetas» explican desde WWF con un claro llamamiento a que se generen políticas y sistemas mucho más sostenibles para las generaciones futuras.

En 2020, la pandemia provocó una disminución considerable de las emisiones de CO2, pero se estima que en los últimos meses del año y en estos primeros de 2021, la huella ecológica ha aumentado hasta un 6,6%, ayudado por el efecto de la deforestación y la degradación sistemática del Amazonas.




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