¿‘Heteromachitos’, ‘coitocráticos’ o faltos de juguetes eróticos satisfactorios?


Más deseo sexual. Sentidos acrecentados que hacen que cada sensación se multiplique. Más lubricación y orgasmos más intensos. Pocas veces se comentan estas características del sexo durante el embarazo. Por supuesto, no es la realidad de todas las mujeres, solo la de algunas afortunadas. Pero si bien cuando se habla de sexo y embarazo siempre se hace desde el tabú, el mito y la precaución, pocas veces se comenta que el sexo no solo no es perjudicial sino que es beneficioso (a no ser que sea un embarazo de riesgo). Que incluso, si la mujer se encuentra bien y con ganas, hasta puede ser más placentero.

“El sexo en el embarazo es bueno para la circulación, para el estado del ánimo, para liberar el estrés, para ver las cosas con positividad, para unirnos a la pareja, para querernos a nosotras mismas, para sentirnos más plenas”, pincela la sexóloga Ana Sierra. La experta insiste en que esto no significa que veamos el sexo como “algo que debemos hacer” y añadir presión a la embarazada. Hay mujeres que no tienen ganas de tener relaciones sexuales en esta etapa de su vida debido al estado físico o anímico, pero tampoco es que haya que dar explicaciones: las relaciones sexuales son una opción, no una obligación. También es cierto que a veces apetece y la mujer se cohíbe… sin motivo. “Si supiéramos todos lo beneficioso que conlleva la sexualidad en el embarazo, no solo con la pareja, también masturbarte, tocarte y autocuidarte, lo haríamos más”, insiste Sierra.

Motivos para superar el miedo

Para disfrutar del sexo con plenitud, lo primero es perderle el miedo. Es cierto que hay casos en los que la penetración vaginal no es lo más recomendado, pero son la excepción, y eso hay que tenerlo en cuenta. “Las relaciones sexuales durante el embarazo podrían presentar un riesgo y, por tanto, no ser recomendadas médicamente en gestaciones que cursan con sangrado y en las que existe riesgo de aborto, parto pretérmino, placenta previa…” explica Ribary Domingo, especialista del área de obstetricia y ginecología de Vithas Las Palmas.

Dejando de lado estas circunstancias, en las que debe ser un especialista quien valore el riesgo, la experta recuerda que “no está demostrado que mantener relaciones sexuales aumente el riesgo de rotura prematura de membranas o parto pretérmino en gestaciones de bajo riesgo”. Además, hay que recordar que el bebé está protegido por el líquido amniótico del útero y sus músculos, y que los movimientos de balanceo, lejos de estresarle, pueden resultar relajantes. Y la relación entre madre y bebé se traduce en que lo que es bueno para ella, también suele serlo para el feto. “El bienestar físico y psicológico de la mujer conlleva que afronte mejor el embarazo y disfrute de todo el periodo de gestación”, insiste la experta.

No todos los cambios físicos son un reto

Otra de las cuestiones que siempre se explica del embarazo es que la madre atraviesa muchos cambios físicos y psíquicos. Totalmente cierto. También que algunos de ellos pueden suponer un reto en su sexualidad. Náuseas, la sensación de hinchazón, dolor de espalda, las hemorroides y el reflujo son algunos ejemplos. Nada que ayude a aumentar la libido. Sin embargo, otros cambios pueden ser todo un aliciente, tanto que ayudan a tener más y mejores orgasmos.

“Los músculos de la pelvis están mejor irrigados; aumenta el flujo sanguíneo en clítoris y labios, aumentan las secreciones exteriores suponiendo mayor lubricación y se relaja la musculatura del suelo pélvico”, matizan las fisioterapeutas de suelo pélvico de FisioFit Mujer. “Son muchas las pacientes que tienen dudas sobre si pueden o no tener sexo, cómo pueden hacerlo, si hay riesgos o hay beneficios”, relatan. En este punto hay que saber que “el trabajo y la concienciación sobre el suelo pélvico hará que nuestras relaciones sexuales sean más placenteras”, un conocimiento que no tienen todas las mujeres.

Otros cambios corporales son mucho más sencillos y evidentes. Tener los pechos más grandes hace que algunas mujeres que sientan más sexys, que los sentidos se noten acrecentados aumenta la sensibilidad en los juegos eróticos y, por supuesto, la pérdida al miedo de un embarazo no deseado hace lo suyo. Pero para poder experimentar aprovechar estos placeres es importante superar una barrera mayor que la del miedo de hacer daño al bebé, la de entender que la mujer no deja de ser una mujer por mucho que esté embarazada. El embarazo se asocia a límites, a ver a la mujer como algo a proteger, pero para Ana Sierra se olvida que sigue siendo un sujeto con necesidades y deseos.”Hay parejas que tenían muchísimo deseo por sus mujeres embarazadas, y ellas también se sentían más sexuales, también influidas por el subidón hormonal y de felicidad”, dice.

“Siempre se habla de que durante el primer trimestre no apetece nada por las náuseas, y del subidón del segundo trimestre, pero no hay que fiarse siempre de esto porque cada mujer es un mundo”, continúa la sexóloga. “Yo he tenido pacientes que en el segundo trimestre seguían sin encontrarse nada bien y otras que estaban bien desde el principio, que tenían una libido elevadísima y que incluso aprovechaban este periodo para probar experiencias nuevas, como el sexo anal”, añade. Incluso en el tercer trimestre, cuando uno de los problemas suele ser más dificultad para respirar, encontrar un rato para disfrutar de la sexualidad puede ser una buena manera de sobrellevarlo. “El orgasmo ayuda a inspirar profundamente, lo que es buenísimo para oxigenarnos y oxigenar al bebé, es como una clase de yoga”.

Orgasmos para contrarrestar el cansancio

Es normal que durante el embarazo disminuya la frecuencia de las relaciones, y no se trata de buscar ratos para tener sexo constantemente como si fueran deberes. Más bien se trata de aprovechar los momentos en los que apetece para dejarse llevar por la experiencia, disfrutar de la parte positiva de los cambios del cuerpo. Algunas dirán que todo eso suena muy bien, pero que hay una característica del embarazo que es común a casi todas: el cansancio. Parece un problema, pero puede que no lo sea tanto. “En las mujeres el orgasmo es energizante. Si bien los hombres tras eyacular se sienten muy cansados y pierden esa energía sexual, a la mujer el orgasmo nos da un chute de energía”, dice Sierra.

También puede que, más que cansadas, estén estresadas. Es lógico, teniendo en cuenta que la gestación no solo supone afrontar cambios hormonales, sino también asumir psicológicamente muchas circunstancias nuevas, e introduce una buena dosis de estrés al ya habitual del trabajo, la familia, la pareja… El orgasmo también puede ayudar en este sentido. “El placer y el bienestar que genera la práctica sexual conlleva muchos beneficios a nivel psicológico, como, por ejemplo, sentirse deseada, la liberación del estrés y el placer; aspectos que a veces se olvidan durante el embarazo”, incide Ribary Domingo.

Eso sí, el cansancio o el agotamiento por estrés puede ser una excusa para buscar prácticas sexuales o posturas más cómodas y tranquilas. Para esto tampoco hay una guía concreta. “Las mujeres pueden practicar sexo como lo hacían antes de encontrarse en este estado. Es decir, deben adoptar las posturas que mayor satisfacción le produzcan y para su mayor comodidad. Además, es importante señalar que la sexualidad va más allá del coito y quizás para algunas mujeres puede ser más satisfactorio el sexo oral o la masturbación, que la penetración coital”, concluye la ginecóloga. Sí, a veces mimar a la mujer embarazada va más allá de correr al mercado en busca de antojos y requiere ser un poco menos egoístas en la cama. La salud sexual también se mima.


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