Holanda refuerza la seguridad de su primer ministro por la amenaza de un ataque del crimen organizado


El equipo encargado de la seguridad del primer ministro holandés en funciones, Mark Rutte, se ha reforzado por la amenaza de un ataque del crimen organizado. Según fuentes citadas por el diario De Telegraaf, miembros de la mafia siguen de cerca los pasos del jefe de Gobierno interino de Países Bajos y existe el riesgo de un ataque o secuestro, algo que ha alertado a las autoridades del país. La primera medida, informa el rotativo, ha sido la movilización de agentes de policía del Servicio de Seguridad Real y Diplomática (DKDB).

Los portavoces de Presidencia del Gobierno (RVD, en sus siglas neerlandesas) y del coordinador nacional para la lucha antiterrorista han declinado, por el momento, pronunciarse al respecto. Es conocido en Holanda que el primer ministro Rutte solía desplazarse a pie o en bicicleta por La Haya, donde se ubican las sedes del Gobierno, el Parlamento y la Corona. Se le podía ver comprando un bocadillo cerca de su despacho, en el centro de la ciudad, e incluso tomando algo en una terraza cercana.

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El pasado 6 de julio, el periodista Peter R. de Vries fue tiroteado en una calle de Ámsterdam. El reportero, reconocido por sus investigaciones sobre la denominada Mocro Mafia, falleció una semana después. El atentado contra De Vries provocó un debate nacional sobre el tipo de seguridad con que debían contar periodistas especializados en casos del crimen organizado, pero también políticos y juristas. El líder de extrema derecha, Geert Wilders, amenazado por su rechazo frontal al islam, cuenta con guardaespaldas que le protegen día y noche.

Debido a su estratégica posición geográfica y al puerto de Róterdam ―el mayor de Europa―, Países Bajos se ha convertido en una de las principales vías de entrada de la cocaína que llega de América Latina. El mismo diario señala que los miembros del crimen organizado que siguen los pasos de Rutte pudieron jugar un papel relevante en el atentado contra De Vries, y contra el abogado Derk Wiersum. Este último murió a tiros en septiembre de 2019 cerca de su domicilio, en la capital holandesa. Representaba a Nabil B., testigo en el denominado caso Marengo, la causa abierta contra 16 sospechosos de múltiples asesinatos e intentos de asesinato orquestados por la Mocro Mafia.

La organización criminal, formada en su mayoría por holandeses de origen marroquí (de ahí, Mocro), cuenta también con ciudadanos antillanos y albaneses que trafican cocaína y drogas sintéticas a través de España, Portugal, Países Bajos y Bélgica, según la policía. Tras el asesinato del abogado, se asignó protección a al menos una treintena de personas, jueces y fiscales incluidos.

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