Un hombre de Utah, Estados Unidos, de 42 años cuya esposa había solicitado el divorcio justo antes de Navidad mató a tiros a siete miembros de su familia, incluidos sus cinco hijos, de edades comprendidas entre los 4 y los 17 años, y luego se suicidó, dijeron las autoridades.
La masacre del miércoles sorprendió a la comunidad de Enoch City en el suroeste de Utah, donde tanto el alcalde como el administrador de la ciudad dijeron que conocían a la familia Haight como vecinos.
Después de informar sobre el tiroteo con escasos detalles el miércoles, los funcionarios de la ciudad convocaron una conferencia de prensa el jueves e identificaron al tirador como Michael Haight, el padre de los cinco niños que mató.
Haight también mató a tiros a su esposa, Tausha Haight, de 40 años, y a su madre, Gail Earl, de 78.
Los niños asesinados eran un niño de 4 años, un niño de 7 años, una niña de 7 años, una niña de 12 años y una joven de 17 años, dijeron las autoridades sin nombrarlos.
El pueblo rural de alrededor de 7,500 habitantes es el hogar de una gran cantidad de jóvenes profesionales con niños, dijo Chesnut.
La policía fue enviada a la casa para una revisión después de que Tausha Haight faltó a una cita en la ciudad y los esfuerzos para comunicarse con ella fracasaron, dijo Chesnut.
Tausha Haight y una de sus hijas habían sido vistas en un evento de la iglesia el martes por la noche, dijo Chesnut.
Los funcionarios se negaron a sacar conclusiones sobre el impacto de la petición de divorcio que, según dijeron, se presentó el 21 de diciembre.
El jefe de policía Jackson Ames dijo que los oficiales fueron llamados una vez a la casa de la pareja hace un par de años por un incidente que se negó a describir, pero que no ha habido quejas recientes.
“Por lo que vimos afuera, fueron fenomenalmente amables, por lo que todos con los que hablé estaban absolutamente conmocionados por perderlos”, dijo el vecino Garrett Minkler a la televisión ABC4.
Los funcionarios escolares dijeron que los consejeros estaban disponibles para los compañeros de clase de las víctimas.
El administrador de la ciudad, Rob Dotson, señaló que los funcionarios en la conferencia de prensa tenían los ojos empañados y la voz entrecortada debido al costo emocional.
“No sabemos por qué sucedió esto”, dijo Dotson. “Sin embargo, sabemos que eran nuestros amigos. Eran nuestros vecinos. Y que los amábamos”. (Rts)
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