El Parlamento Europeo ha enviado este miércoles un potente mensaje al Kremlin sobre su aislamiento internacional y sobre las consecuencias judiciales futuras que pueden tener su guerra de agresión en Ucrania. La Eurocámara ha aprobado por una amplia mayoría una resolución que designa a Rusia como Estado promotor del terrorismo por sus actos “inhumanos y brutales” sobre Ucrania y su ciudadanía. La declaración no es vinculante, porque el Parlamento Europeo no tiene un marco legal que ampare este tipo de bloqueo a Moscú, pero tiene una gran carga simbólica. Y más en un momento en el que el ejército del presidente ruso, Vladímir Putin, está cargando con fuerza contra las infraestructuras energéticas ucranias, en pleno invierno. “Los ataques deliberados y las atrocidades llevadas a cabo por Rusia contra la población civil, la destrucción de la infraestructura civil y otras violaciones de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario equivalen a actos de terror contra la población ucrania y constituyen crímenes de guerra”, remarca la resolución, que reclama a los Veintisiete que sigan la línea y declaren a Rusia como “promotor del terrorismo”.
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Mientras los europarlamentarios votaban la simbólica resolución, el Kremlin ha vuelto a apuntar deliberadamente a las centrales eléctricas de Ucrania, donde ya hay apagones masivos y empieza a haber problemas serios de transporte; una maniobra de Rusia para tratar de someter así a la población tras los duros reveses que han sufrido las tropas de Moscú. Más de 10 millones de ucranios (la cuarta parte de la población antes de la guerra) se quedaron sin electricidad a principios de mes, cuando empezaron a desplomarse las temperaturas. Los ataques rusos han provocado daños a las infraestructuras energéticas de Ucrania por más de 1.900 millones de euros, según datos del Gobierno del presidente Volodímir Zelenski.
La declaración de la Eurocámara, impulsada por los grupos de la derecha, va en una línea distinta a la que sigue Estados Unidos. Hasta ahora, pese a los reclamos de algunos congresistas, la Administración de Joe Biden se ha negado a declarar a Rusia como “promotor” del terrorismo, argumentando posibles consecuencias legales no deseadas para su sistema. El departamento de Estado de Estados Unidos considera a cuatro países —Siria, Irán, Corea del Norte y Cuba— como patrocinadores estatales del terrorismo, lo que significa que no pueden exportar material de defensa y están sujetos, por ejemplo, a restricciones financieras. Meter a Rusia derivaría en más sanciones y probablemente en congelar las vías de comunicación diplomática que todavía existen entre Washington y Moscú.
En la UE no existe un marco similar, indica Andrius Kubilius, eurodiputado lituano del Partido Popular Europeo, y uno de los redactores de la resolución. “Rusia no es solo un Estado que patrocina el terrorismo, sino un Estado que utiliza medios de terrorismo”, remata Kubilius. “El reconocimiento de este hecho por parte del Parlamento Europeo envía una clara señal política. Europa, los europeos, no quieren permanecer pasivos e impasibles cuando su gran vecino viola todas las normas humanitarias e internacionales”, remarca.
Los precedentes de Estonia, Letonia, Lituania y Polonia
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El presidente ucranio ha reclamado reiteradamente a la UE y otros aliados occidentales que declaren a Rusia como “Estado terrorista”. “Debe estar aislada en todos los niveles y rendir cuentas para poner fin a su política de terrorismo de larga data en Ucrania y en todo el mundo”, ha señalado el líder ucranio. La resolución del Parlamento Europeo es una novedad para el bloque, pero sigue los pasos, en cambio, de varios parlamentos nacionales: Estonia, Letonia, Lituania y Polonia han designado en las últimas semanas a Rusia como Estado promotor del terrorismo en declaraciones también no vinculantes. Resoluciones que el Kremlin ha definido como “rusófobas” y “discriminatorias”.
La asamblea parlamentaria del Consejo de Europa pidió en octubre pasado a sus 46 Estados miembros (entre los que ya no está Rusia) que declararan al país euroasiático, bajo el Gobierno de Vladímir Putin y su aparato de seguridad, como un régimen terrorista. Rusia representa, dice la resolución de la Eurocámara aprobada este miércoles, “un riesgo para la seguridad de todo el continente europeo y el orden internacional basado en reglas”, abunda el texto, que han promovido parlamentarios del Partido Popular Europeo (PPE), el grupo de los liberales Renew Europe y los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR). El grupo socialdemócrata, que en un principio se mostró reticente a la resolución porque consideraba que no tenía grandes efectos prácticos, ha votado finalmente a favor del texto. “Con su estrategia de terror, Rusia busca atemorizar a la población civil, violando la legislación internacional y los derechos humanos. Es importante registrar todas las acciones porque Putin y quienes le ayudan en sus acciones tendrán que dar cuenta en el Tribunal de La Haya por los crímenes de guerra”, remarca Iratxe García, presidenta de la Alianza de Socialistas y Demócratas.
Los eurodiputados acusan a Rusia de crear una crisis alimentaria global y convertir el hambre en un arma y señalan al ejército del Kremlin como responsable de asesinatos de miles de civiles, cientos de niños, ejecuciones sumarias, violaciones, tortura, detenciones a gran escala, deportaciones forzadas. “Estos actos brutales e inhumanos están causando muerte, sufrimiento, destrucción y desplazamiento”, dice el texto, que ha salido adelante por 494 votos a favor, 58 en contra y 44 abstenciones.
Rusia ha reaccionado airadamente, durante años, además, el Kremlin se ha negado a debatir de forma seria con la UE porque siempre ha preferido las conversaciones bilaterales, bajo la premisa de “divide y vencerás”. “Propongo designar al Parlamento Europeo como patrocinador de la idiotez”, ha dicho la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, en su canal de Telegram.
La resolución llega en un momento en el que algunas voces reclaman que la UE analice cuáles deben ser las relaciones con Rusia y cuando la Comisión Europea, que ha aprobado ya ocho paquetes de sanciones contra personas y empresas rusas por la invasión a Ucrania, contempla sacar adelante un noveno; con cada vez más complicaciones para hallar nuevos sectores sustanciales que sancionar y para alcanzar un acuerdo unánime de todos los Estados miembros.
La UE tiene un listado de terroristas, pero no permite la inclusión de Estados; solo de personas y organizaciones específicas. Un punto que Kubilius y otros europarlamentarios creen que debería revisarse; sin embargo, para ello se necesitaría unanimidad. Los eurodiputados también reclaman que se incluya al grupo ruso de mercenarios Wagner —que ha tenido un papel destacado en la invasión de Ucrania, pero que ha sido muy conocido por su presencia en países de África, en Venezuela y en Siria— en el listado de organizaciones terroristas; también a los grupos liderados por las fuerzas chechenas de Ramzán Kadírov (como el conocido como los Kadirovitas, el regimiento especial motorizado 141).
La resolución de la Eurocámara calienta el debate sobre las relaciones con Rusia sobre la mesa, pero también pone el foco en la reparación presente y futura para Ucrania. Con ella, señala el eurodiputado estonio Riho Terras, debería sacarse adelante las fórmulas para emplear las propiedades y activos rusos congelados en la UE en el fondo de recuperación para Ucrania.
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