El gobierno estadounidense no liberó a 100 niños inmigrantes detenidos junto con sus padres a pesar del plazo de esta semana fijado por una jueza que advirtió sobre el peligro de esos confinamientos durante la pandemia del coronavirus.
En lugar de ello, hay más padres e hijos confinados en tres centros de detención este mes comparado con el mes pasado, según datos oficiales. Las autoridades migratorias en julio trasladaron a esos centros a decenas de padres inmigrantes con sus hijos, de los cuales por lo menos 40 dieron positivo al virus.
Entretanto, según abogados que ayudan a las familias detenidas, había rumores de que muchas o todas las familias serían puestas en libertad para el lunes.
En el centro de detención en Dilley, Texas, una niña de 3 años y un niño de 11 ya van a tener un año detenidos junto con sus padres.
“Estas familias ya muchas veces han visto sus esperanzas elevadas para luego verlas caer”, indicó Shalyn Fluharty, directora de Proyecto Dilley, que representa a las familias detenidas en ese centro.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) declaró el martes que había cumplido con las órdenes emitidas por la jueza Dolly Gee el 26 de junio, que originalmente había fijado el 17 de julio como fecha máxima para soltar a todos los menores de edad confinados por ICE por más de 20 días. ICE había indicado desde hace semanas que no soltaría voluntariamente a más de 300 padres con sus hijos detenidos en instalaciones en Texas y Pensilvania.
Gee supervisa el cumplimiento del llamado Acuerdo de Flores, que fija los estándares para el tratamiento oficial de niños migrantes detenidos. La orden de la jueza no cubría a los padres de los menores. Un juez distinto separadamente se negó a ordenar la liberación de los padres.
La agencia del gobierno federal dijo que el porcentaje de contagios entre los menores de edad es bajo.
Tras prorrogar la fecha hasta el lunes, el sábado Gee denegó el pedido del gobierno estadounidense de otra prórroga. Pero en la orden emitida el sábado, Gee expresó que su orden de liberar a los menores podría considerarse “imposible de cumplir” si tres condiciones no se cumplían.
Uno de los focos de controversia es si el gobierno puede pedirle a los padres que dejen a sus hijos con familiares y que se queden detenidos. Una de las condiciones en la orden de Gee era que los niños podrían ser dejados con familias allegadas con el consentimiento de los padres. Las otras eran que ICE decida por su cuenta dejar a los padres en libertad, o que otro tribunal decida dejarlos en libertad.
Abogados de los migrantes argumentan que los padres deben quedar en libertad junto con sus hijos. Han discrepando públicamente con Peter Schey, un abogado de oficio que ha representado a los menores en el Acuerdo de Flores y que acepta que los padres tengan la opción de quedar detenidos mientras sus hijos son puestos en libertad.